Boletín Informativo N.25-Motivación,concepción y ética laboral de Darío-Dr.Carlos Caballero Alvarado
- Asoc. Francisca Sánchez
- 4 sept 2022
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 24 sept 2022

La cantidad de temas abordados por Darío es inmensa, bien podemos elaborar, al escribir y comentar sus producciones, libros de considerables volúmenes y, aun así, probablemente, no logramos agotar la riqueza de la fuente de su pensamiento. El tema del trabajo, como vamos a ver, no puede estar excluido de sus preocupaciones intelectuales. Hoy, conscientes de la inagotable condición de esa fuente que es el intelecto de Darío, y haciendo un esfuerzo por ajustarnos a las exigencias que cualquier comentario de la obra del poeta demanda, pretendemos exponer el modo de motivar para la acción, los conceptos laborales básicos y el contenido ético que, sobre este tópico, su materia gris alojaba y que, con acierto, dejaba fluir.
Darío, como todo un gran maestro, domina el arte de la palabra escrita y, paralelamente, desarrolla también habilidades pedagógicas para ayudar a trabajar y producir, en este mismo arte, a poetas incipientes que le buscan y le necesitan. Por eso, y basándonos en muestras de sus propias expresiones, podemos afirmar que él considera a la motivación como un recurso de gran valor para despertar el interés en la actividad lingüística a la que cualquier aspirante, por ser aprendiz, pretenda iniciarse. Cree, además, que es importante inyectarle seguridad a todo aquel que desee cultivar esa habilidad y dominarla con la debida destreza. Dar alas para volar hacia la realización de algún proyecto es para el poeta propio de seres positivos, despojados de egoísmos perniciosos y dueños absolutos de un altruismo real. Concibe como un acierto, o una bendición, que las generaciones adultas y conocedoras de la vida, tomen de la mano a las generaciones jóvenes e inexpertas y las conduzcan a la luz, para que entiendan mejor los secretos del mundo y el inminente e inexorable destino del hombre, entre tantos enigmas y compromisos, de tener que trabajar y hacer bien las cosas para triunfar y poder vivir. En su obra Historia de mis libros expresa: “(…) desde Marco Aurelio hasta Bergson he saludado con gran gratitud a los que dan alas, tranquilidad, vuelos apacibles y enseñan a comprender de la mejor manera posible el enigma de nuestra existencia sobre la tierra”. Como podemos ver, con estas palabras, el poeta pone en evidencia su visión filantrópica de gran maestro y el rol de colaboración que deben realizar los que tienen el privilegio de dominar un arte, una técnica o una ciencia.
Con el propósito de conocer mejor las habilidades pedagógicas del bardo, que bien sabemos están orientadas a mejorar el producto del trabajo intelectual, vamos a recordar un soneto que Darío le dedica a Juan Ramón Jiménez, probablemente escrito en julio del año 1900. En este poema el maestro aplica la Mayéutica de Sócrates, método que consiste en un interrogatorio de carácter inductivo, que tiene la finalidad de descubrir cuánto sabe el discípulo sobre el tema que se dilucida. En el soneto hay siete preguntas claves que Jiménez, como poeta incipiente, tiene que sopesar y contestar afirmativamente para considerarse poeta, dice así:
¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
Para empezar valiente la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
La furia del mandoble y el peso de la maza?
¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
Que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y como el fuerte Heracles al león de Nemea
A los sedientos tigres del mal darías caza?
¿Te estremece, el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
Cuando el ángelus dice el alma de la tarde?
¿Y las voces ocultas tu razón interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La Belleza te cubra de luz y Dios te guarde.
Evidentemente, este soneto es concebido en el contexto de una relación maestro-discípulo entre el autor y el destinatario. Darío no solamente le motiva, sino que también, a través del interrogatorio, le describe la naturaleza del trabajo que tiene que realizar. Le plantea al discípulo su concepción laboral del quehacer literario al que éste aspira pertenecer. Y, en este planteamiento, pone de manifiesto la ética laboral que debe observar, porque no hay duda que es ético hacer bien las cosas, como también lo es, el cumplir con las demandas y expectativas que la sociedad establece en la ejecución de una labor, sobre todo si se trata de una actividad de carácter intelectual como es la de ser poeta.
Pasemos ahora al contexto histórico-cultural en el que se desenvuelve Darío. Dos tercios de su vida se desarrollan aproximadamente en el siglo XIX y un tercio de ella en el siglo XX. Es la época de la Segunda Revolución Industrial y las teorías económicas de Karl Marx, conjuntamente con las de Adán Smith, aunque las de este último sean del siglo XVIII, impregnan el ambiente intelectual. Creemos que Darío no puede escapar de la influencia, o de ser susceptible a la modificación de su pensamiento en lo que al trabajo se refiere, de esos dos pensadores, filósofos y economistas. La economía rural desde la Primera Revolución Industrial se ve obligada a enfrentarse con el surgimiento de una economía industrializada que incide de manera colosal e inevitable en la relación del hombre con la tierra y con su trabajo. La percepción de la humanidad sobre sus relaciones sociales y sobre sus medios de producción da un giro de 180 grados, cambia para siempre, y ya no vuelve a ser la misma.
Vamos a presentar a continuación dos estrofas de un poema de Darío titulado Salutación al Águila, donde esta ave representa a los Estados Unidos y en el que se pronuncia respecto a la necesidad del hombre de labrar la tierra para poder alimentarse. Y, en el que también expresa su admiración, bajo la óptica del trabajo, a ese país y exhorta a los pueblos latinoamericanos a que imiten o aprendan de ellos el vigor y la laboriosidad que los caracteriza.
Transcribamos la primera estrofa, no del poema en sí, sino de las que vamos a comentar.
¡Precisión de la fuerza! ¡Majestad adquirida del trueno!
Necesidad de abrirle el gran vientre fecundo a la tierra
para que en ella brote la concreción de oro de la espiga,
y tenga el hombre el pan con que mueve su sangre.
De acuerdo con nuestra interpretación, que puede ser diferente a otra, inferimos que Darío se refiere a la exactitud con que los Estados Unidos aplican su poder y a la superioridad que tienen, entre el resto de naciones, por el ruido que sus armas producen. Pero a la vez destaca el carácter imprescindible con que estos pueblos perciben el trabajo y el cultivo de la tierra para satisfacer su demanda de alimentos. Y, como consecuencia de ese pan que mueve su sangre, tienen salud, productividad y un considerable aumento de sus riquezas.
Pasemos a la otra estrofa:
E pluribus unum! ¡Gloria, victoria, trabajo!
Tráenos los secretos de las labores del Norte,
Y que los hijos nuestros dejen de ser los rétores latinos
Y aprendan de los yanquis la constancia, el vigor el carácter.
Darío comienza la estrofa con la frase latina E pluribus unum que significa: de muchos, uno. Es el viejo lema de los Estados Unidos, inscrito en su moneda de entonces y que hoy lo sustituye In God we trust. Darío sabe que este lema sintetiza el espíritu de esta nación en tres elementos: unión, diversidad, raza o cultura. Con él, envía el mensaje de que todo el esplendor, poder, éxitos, y la entrega al trabajo, como factor de producción, es el resultado de la unión de esos pueblos de razas y culturas distintas en un solo país independiente. Y, respecto a la petición que le hace a los Estados Unidos de que traigan los secretos de sus labores, Darío comprende que los pueblos latinoamericanos, al menos en ese momento histórico en que escribe el poema, son incapaces de alcanzar esos niveles de gloria por el tipo de cultura que tienen. Porque sustituyen y anteponen al pragmatismo, al dinamismo productivo y a la estabilidad política norteamericana, el idealismo retórico, la utopía ideológica, la improductividad y la convulsión política que les son propias. El poeta advierte también que el llamado que hace de aprender de los pueblos del Norte es un asunto de carácter conductual, de personalidad colectiva y de perfil sociológico.
En estas estrofas que hemos comentado, encontramos contenidos que coinciden con las ideas de A. Smith y de K. Marx. Por ejemplo, Darío concibe que el trabajo de la tierra, además de que garantiza el alimento, genera esplendor y riqueza. Por su parte, Smith sostiene algo semejante, al argumentar que la riqueza de los pueblos no procede tanto de los recursos, como del trabajo que en ellos se desarrolla. Y, en relación con el perfil sociológico, o con la personalidad colectiva que Darío percibe en los pueblos laboriosos como Estados Unidos, él da a entender que éstos están constituidos por individuos que se caracterizan por el vigor, la constancia y el carácter preciso, propios de su esencia humana. Así también, Marx considera que el trabajo es la actividad por medio de la cual los hombres se crean a sí mismos y que, además, les permite proyectar la naturaleza de su personalidad, o mejor dicho, la esencia total de su condición humana.
A fin de robustecer, aún más, la concepción laboral de Darío, insertaremos una cita del Doctor Carlos Tunerman, tomada de Darío y el futuro de Nicaragua, la cual transcribimos a continuación: “Darío estuvo preocupado por cuestiones estéticas y políticas, pero también de las cosas prácticas, (…), Darío recomendaba pasar de la renta perecible a la renta dinámica que incorpora el valor agregado, por medio de la técnica, a los productos naturales de un país (…), además de inspirar una revolución poética, imagina un futuro, o prevé lo que una sociedad puede hacer con su economía”. Deja claro, pues, el Doctor Tunerman que a Darío le interesaban los temas económicos, porque hablar de renta es hablar de la retribución monetaria que proporciona la tierra como factor productivo- Y esto nos lleva, consecuentemente, a considerar o captar la importancia que el poeta le daba al trabajo, que como sabemos, es el factor constituido por el elemento humano que colabora en el proceso de producción.
Cerraremos esta disertación sobre el tema que nos ocupa, presentando un pasaje de la obra de Darío en El viaje a Nicaragua, donde el poeta resume, a nuestro modo de ver, todo su sentir, o toda su percepción ética relacionada con la ilusión, en el sentido de un ideal, un proyecto, una meta o una actividad laboral. Veamos el texto: “Bien va aquel que sigue una ilusión, cualquiera que sea esa ilusión; bien va el práctico que en su ilusión bancaria cree ser mañana feliz; bien va aquel a quien su ilusión política coloca en plausibles ambiciones y en sueños de puestos honrosos, y aquel que tiene, por fatal peregrinación, que buscar entre las estrellas su provecho de nefelibata; bien va, si lleva de la mano a su conciencia y su corazón está con él”. En este texto percibimos que la verdadera ética es aquella que nos anima a realizar una acción con toda sinceridad, con pleno conocimiento y con un sentimiento de satisfacción interior. En otras palabras, la clave del asunto está en poner alma, vida y corazón en lo que hacemos, para beneficio de aquéllos a quienes tenemos que servir y para el beneficio propio. Esta es la ética laboral en el nivel más puro, que según nosotros, Darío nos transmite, directa o indirectamente, a través de su quehacer literario en el que aplica, de modo perceptible, su sinceridad y su conciencia.
Concluiremos sintetizando todo lo expuesto de la manera siguiente: Las habilidades de carácter pedagógico que Darío desarrolla para enseñar a producir arte literario, responden a su percepción filantrópica del mundo. La aplicación de la Mayéutica de Sócrates al soneto dedicado a Juan Ramón Jiménez evidencia su calidad de maestro y de mentor. Ese soneto es una muestra incuestionable de su capacidad de motivar, conceptuar y moralizar la actividad laboral. Las teorías económicas de su tiempo le atrapan y su concepción del trabajo recibe la influencia de pensadores como Smith y Marx. El contraste de los perfiles sociológicos que, por motivos laborales deja entrever en el poema Salutación al Águila, al referirse a los pueblos del Norte y los de América Latina, tienen una connotación política. La admiración que en ese poema percibimos de parte de su autor a los Estados Unidos es de naturaleza laboral, de ninguna manera pone en duda su conocido rechazo al expansionismo imperialista. Las preocupaciones económicas que el poeta experimenta reflejan su admirable potencial en esta área y, a la vez, patentizan su interés por la búsqueda del bien común. Finalmente, diremos que la ética laboral de Darío queda resumida al binomio perfecto y sencillo de la conciencia y la sinceridad aplicadas a la prestación.
Carlos Caballero Alvarado.
Managua, Nicaragua, 28 de agosto de 2022.

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