Boletín Informativo N.27 - El humanismo del Dr. Carlos Caballero Alvarado (Dr. Edwin Zúniga Reyes)
- Asoc. Francisca Sánchez
- 15 oct 2022
- 18 Min. de lectura

Dr. Carlos Caballero Alvarado humanista.
Al iniciar mis estudios de magisterio tuve encuentro con una pléyade de condiscípulos para compartir mis aficiones literarias. Entre ellos, estaban Carlos Caballero, José Payán, Julio Pérez y otros. De todos ellos, solo pude conservar relación literaria con Carlos, aunque dio un giro en sus aficiones y se convirtió en psicólogo, filósofo y sociólogo. Tenía la ventaja en el grupo de hablar inglés y por lo tanto leía a los autores más actuales de entonces. Esto le valió para hacer juicios filosóficos a nuestros preliminares ejercicios literarios, que gustosamente los recibíamos porque nos orientaban. En verdad, éramos muchos los que compartíamos inquietudes poéticas. Mas, solo algunos seguimos felizmente nuestra vocación de letras. De estos, con orgullo puedo mencionar al ilustre Dariano Dr. Rodolfo Aburto.
En nuestra Escuela Normal otros alumnos destacaban en brillantes disciplinas:
En el deporte Auxiliadora Guevara era una campeona internacional del baloncesto y Oscar Tablada, destacado deportista de disciplinas atléticas y revestido de nobleza por lo cual, siempre lo apreciamos. En el bel canto destacaban Lucha Ordoñez, Delfa Cajina, hija del genial compositor Don Laureano Viva Muñoz; a quién debo el haber contribuido a forjar mi vocación musical. Encontré jóvenes talentosos y de grandes habilidades musicales como Edy Bermúdez Lacayo, Horacio Ortega, Alejandro Pasquier y Rubén Rocha. Destacaban Hulda Bonilla, soprano lírica. María Elena Obando soprano y la Diva de voz más longeva, en cuanto a brillantez conservada de soprano lírica, la profesora Consuelito López Tercero, a quién hoy con todo merecimiento llamo “Diva eterna”.
Carlos Caballero siempre fue algo especial, brindándonos juicios de connotación filosófica o psicológica. Para entonces, la filosofía despertaba en mí inquietudes que trataba de saciar leyendo a Platón, Aristóteles, Plotino o Marco Aurelio. En años anteriores había leído en la biblioteca de mi padre La República de Platón que por supuesto a mis nueve años no pude comprender. Como mis inquietudes filosóficas permanecían al llegar a la Escuela Normal y encontrar compañeros con inquietudes humanísticas compré textos filosóficos para comentar con el más entendido en el tema. Caballero me sorprendía por sus adelantados conceptos en la materia. Mientras mis ponencias se limitaban a realizar una referencia de historia de la filosofía, Carlos que ya leía en inglés a filósofos modernos como Heidegger, Spinoza, Schopenhauer. Dominaba los conceptos de Leibniz, John Locke y Bacon, con los cuales, me sorprendía en el desarrollo dialéctico de nuestra conversación.
Carlos tocaba la guitarra, instrumento que nunca pude dominar con soltura; aunque pude enseñar con eficiencia a varios que con el tiempo fueron virtuosos.
Al terminar nuestros estudios de magisterio, continuamos nuestras vocaciones con el entusiasmo cultivado en nuestra Escuela Normal. Carlos realizó estudios de perfección de la lengua inglesa a nivel universitario. Culminó estudios de Derecho y profundizó en varias disciplinas humanísticas.
A la creación de Asociación Hispanoamericana Francisca Sánchez del Pozo, fue nombrado nuestro representante oficial en Managua Nicaragua. Sus inquietudes de inmediato se manifestaron con ensayos de alto valor humanístico que con humildad y gran entusiasmo comentaré seguidamente.
Darío y su relación con Dios
En este ensayo manifiesta la relación del poeta con la divinidad, compartiendo la tesis de Carl Gustav Jung médico, Psiquiatra y Psicólogo, en cuanto a la religiosidad del hombre por naturaleza y que esa experiencia es valiosa para el entendimiento de la mente humana. Como Jung; Caballero realiza simbolismos bíblicos tradicionales, analizándolos con criterios psicológicos elevados al misticismo. Jung basa sus ensayos en la admiración que dispensa a Goethe, Gustav Grün y Nietzsche. Nuestro miembro honorífico de la Asociación admira y reflexiona sobre la obra Dariana, haciendo hincapié sobre fenómenos ocultos. En ellos, manifiesta experiencias biológicas y espirituales orientadas a la psicología. Manifiesta la abstracción de la personalidad Dariana, desde la perspectiva del sufrimiento. Su tesis se aproxima a la inconsciencia para acercarse más a la conciencia de su fe manifestada en su obra.
Los ensayos que tratamos de comentar de nuestro psicólogo y amigo están abiertos a un amplio humanismo, en el cual, asocia simbolismo y mitología. Con mucha habilidad enfoca a Darío en su relación con Dios. Sobrepone las profundas crisis espirituales y materiales del poeta. Analiza las profundas crisis de su época que impactan en el terrible mal de la duda. Su incesante afán investigador de lo oculto, leyendo con avidez los velos de Isis de Petrona Blavatsky y visitando centros de conocimientos esotéricos de París. El análisis transita por la hermandad blanca con el propósito de alcanzar el universo divino, donde la vida es espíritu y se reencarna en un proceso de Karma revelando lo oculto y despejando dudas.
El análisis da sentido a la fe Dariana, al hacer un seguimiento por antiguos caminos del judaísmo que enseña la clave para sobreponer crisis interiores de la conciencia: Volver a ser niño, lo cual, sintetiza la fe para acercarse a Dios. El ensayo psicológico, filosófico y auto- psicoanalítico Dariano presenta una lucha interior entre lujuria y castidad que el poeta supera aferrándose a su poema SPES que sustenta su fe.
El ensayo de Caballero se orienta por la tesis del sacerdote benedictino Anselm Grün que revaloriza a los padres del desierto en la práctica de una espiritualidad desde abajo: “A través de los pecados hemos de bajar a nuestro fondo más profundo y desde allí podemos subir a Dios”. Este teólogo une la tradicional espiritualidad cristiana con la psicología moderna, lo cual, abre nuevos caminos de la fe. Nuestro ensayista ávido investigador de avances del pensamiento nos da una clara referencia del saber actual, poniéndonos en contacto con las obras más leídas para juzgar acertadamente la relación de Rubén Darío con Dios.
“Jesús, incomparable perdonador de injurias,
óyeme; sembrador de trigo dame el tierno
pan de hostias; dame, contra el sañudo infierno
una gracia lustral de iras y lujurias”.
La carne fue una debilidad del poeta. Fue una de sus más íntimas preocupaciones por redimirse a través de la fe. Acertadamente, el ensayo lo señala y justifica cristianamente. Como dice el clérigo benedictino: “Bajar a lo más profundo para acercarse a Dios”.
Los ensayos de Carlos Caballero tienen una fuerte orientación psicológica que él observa en la sociedad convulsiva en que vivió Rubén Darío. Su obsesiva necesidad de alcanzar la paz. En la vertiginosa circulación del poeta por el mundo, busca Caballero, la certeza del sufrimiento del poeta reflejado en su obra. Reflexiones hondas de la virtud moral que persigue el arpa invisible resonante en lo íntimo del verso Dariano. Dirige su pensamiento a la virtud moral superior para entrar en la retórica de su alma. Retórica revestida de gracia interior para llegar al dintel filosófico de la muerte, en donde, el poeta se debate entre la certeza de la fe y la duda.
Caballero sigue la senda del misticismo Dariano que busca la reconversión con un humanismo constituido por antropocentrismo y enriquecido de teocentrismo. Poniendo en práctica humanismo psicológico nacido en los años cincuenta y consolidado en los sesenta y setenta, cuando Carlos nos admiraba con sus novedosas reflexiones en nuestra querida Escuela Normal de Managua.
Auto- psicoanálisis de Darío en “Yo soy aquel”
Inicia este ensayo Carlos Caballero demarcando un antes y un después personal de Darío que involucra la temporalidad de la poesía contemporánea. Un tiempo de vida que como dijo el poeta Pedro Salinas: “una forma de temporalidad de vivirse”. Parte en su ensayo basándose en la tesis del poeta y músico nicaragüense Roberto Carlos Pérez, la cual, está cimentada en los principios filosóficos de pensadores griegos, Unamuno y Kierkegaard. Todos enfocados a la angustia de la vida. Interpreta nuestro ensayista con una figura metafórica del poeta Pérez: “Nos embarca mar adentro hasta asomarnos a su alma”. Considera angustia de su tiempo y tormento de su psique. El ensayo es de características psicológicas que destacan los profundos conocimientos del autor. No se limita a la ciencia del alma; profundiza el sutil e inefable campo literario acompañado de un criterio filosófico. Su análisis es didáctico como buen profesional formado en la Escuela Normal de Managua y posteriormente en su formación universitaria.
El análisis de Caballero va desde la juventud a la madurez del poeta encontrando la comprensión tenue existente entre la vivencia y el arte. Entra de lleno en la concepción de arte de John Dewey que involucra una visión sensible del mundo real o imaginario. Genialmente discurre sobre la tesis “Ars longa, vita brevis” de Séneca, abriendo velos teístas y morales, en cuanto a la filosofía estoica del dominio de la racionalidad. Nos introduce al aforismo del filósofo cordobés que sentencia: “Para vivir en paz hay que vivir en guerra con las propias pasiones”.
El ensayo nos invita a reflexionar sobre un arte que nos permita ordenar en el debido lugar de nuestro pensamiento y deducir las causas de las penas angustiosas Darianas. Analiza la espiritualidad con parámetros humanistas ahondando la esencia angustiosa del pensamiento de Rubén; para brindarnos claras perspectivas de su genio pensante. Elude el análisis formal literario limitándose a señalar brevemente principios de métrica estructural. Su interés fundamental es el análisis psicoanalítico para comprender el conflicto entre las pasiones y la moral del poeta. En el análisis que nos brinda con magistral soltura en su ensayo afloran las vivencias del “padre y maestro mágico liróforo celeste” de Verlaine. Está presente la apetencia de “la carne que tienta con sus frescos racimos”.
El espíritu triste y melancólico lo plantea el ensayista en el marco psicoanalítico, analizando los fenómenos de la conciencia más profundos, donde los impulsos primarios forman la personalidad. Realiza un auto análisis de la sensualidad Dariana analizando el verso: “Potro sin freno se lanzó mi espíritu” con un evidente afecto de voluntad matizada por su fe cristiana. Al realizar este análisis vuelve nuestro ensayista a escudriñar la temática psicoanalítica floreciente en todos sus ensayos. Determina los tres sistemas de esta teoría. El ello, el yo y el super yo. Ahonda en la sensibilidad artística para percibir los sonidos de los metros latinos que fluían espontáneamente en los hexámetros latinos y a sus versos que nos acercan a las sutiles y celestes ondas poéticas de su obra:
“y así juntaba a la pasión divina
una sensual hipertensión humana”.
Hedonismo de Epicuro proclamando el placer racional condicionado por el sosiego espiritual controlado. Observa el cambio de dirección del hedonismo Dariano hacia el misticismo, en busca de la purificación del alma. La necesidad de alcanzar protección de un mundo que aprisiona su psique. Plantea la necesidad de un rescate espiritual que ha de realizar la voluntad divina. Lo espera a través de la poesía:
“Mi intelecto libre de pensar bajo
bañó el agua castalia el alma mía”
El análisis entra en la preocupación ética Dariana y su ansiada limpieza moral.
Con aguda perspectiva crítica observa la identidad del poeta y llega a través del análisis psicológico. El psicoanálisis nos da la identidad del yo lírico bajo las premisas de las tesis de Erich Fromm, psicólogo y filosofo de la escuela de Frankfurt, en cuanto a compartir aspectos de nuestra realidad humana sin dejar de ser íntegramente nuestro yo.
El yo Dariano que analiza Caballero es rico en valores éticos y estéticos conformando un habitad celeste, donde son fácilmente perceptibles las impurezas del mundo; las cuales están placenteramente equilibradas en los factores que la constituyen. La poética que es una inspiración estoica que libera al poeta de la imperfección y otorga la esperanza de la perfección.
El análisis resalta los valores éticos y espirituales bajo criterios psicoanalíticos.
¿Filósofo Darío?
Las inquietudes filosóficas Darianas es un tema de profundas reflexiones que brinda el Dr. Carlos Caballero en uno de sus ensayos escritos para nuestra Asociación Hispanoamericana Francisca Sánchez del Pozo. Inicia su ponencia declarando que Rubén Darío no perteneció de número a ninguna escuela filosófica de su época y lo ubica en su análisis, en una profunda preocupación existencialista:
"Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto de estar mañana muerto
y el sufrir por la vida y por las sombras y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos."
El autor del ensayo gira alrededor de un pensamiento que tendrá íntima relación con la vanguardia literaria que manifestará honda preocupación por la condición humana en cuanto al sentido trágico de la vida. Con subjetividad filosófica y analítica dirige sus argumentos sobre el pensamiento del poeta. Con reflexiones subjetivas derivadas de premisas Kantianas y Hegelianas se dirige al proceso mental, en donde yace la síntesis genérica del pensamiento filosófico del Príncipe de las letras castellanas. Realiza el ensayista una filosofía propia del personaje que comenta, aproximándose al pensamiento de Sartre, en cuanto a “la existencia precede a la esencia”. Nos acerca Caballero a la síntesis de pensamiento filosófico de Sartre, en cuanto a que solo Dios tiene la esencia de existir porque posee las dos cosas. El hombre empieza por no existir, solo cuando se encuentra entra en el mundo para definirse. El análisis nos muestra a un Rubén antes de encontrarse, es decir inmerso en el concepto de no existir:
“Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto”.
Luego nos lo presenta entrado en el mundo ya definido y entonces empieza a sufrir:
"Y sufrir por la vida y por las sombras y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos."
Inmediatamente pasa al elemento definitorio de la esencia, la carne:
"Y la carne que tienta con sus frescos racimos
Y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!”
En el análisis, conceptos de nada y absurdo están ligados a su existencia. Su existencialismo busca libertad de su fatal sufrimiento en el trayecto de su vida. Desea apartar su pesimismo influenciado por Schopenhauer:
"Pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
Ni mayor pesadumbre que la vida consciente."
Nos hace el ensayista un agudo análisis filosófico Dariano sobre el descontento y el desengaño:
“Era una niña en este mundo de dolor y aflicción.”
Aquí nos presenta al ser ya definido y empieza a existir.
Ahonda en la personalidad humana para darnos a conocer su auténtico pensamiento expresado en el poema filosofía:
“Sabed ser lo que sois, enigma siendo formas
Que a su vez la enviarán al todopoderoso
(¡toca grillo, a la luz de la luna, y dance el oso!)"
El señalamiento de esta estrofa es para determinar plenamente la autenticidad del ser dentro del plan divino de la creación.
Resalta la humildad del poeta, sociabilidad y extroversión.
El autor de los ensayos con mucha habilidad emplea la dinámica psíquica para darnos a conocer la personalidad. Se interesa por sus sentimientos, emociones y debilidades que conforman su compartimento diferenciándose de otras personas. Se empeña en analizar imaginación, creatividad y sociabilidad de un ser definido que ya existe. Podemos apreciar en el trabajo analítico la característica de personalidad honesta que muy bien observa cuando el poeta dice:
“Mas empecé a ver que en todas las casas
Estaban la envidia, la saña, la ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
De odio, de lujuria, de infamia y mentira”
En esta estrofa se manifiesta la honestidad del poeta. Esa cualidad virtuosa del hombre que desde la antigüedad visionó el filósofo chino Confucio, nacido en el año 551 a. C.
El marco referencial del análisis es la obra inconclusa “Oro de Mallorca” en la que presenta a un personaje de nombre Benjamín Itaspes, que representa la autobiografía de Rubén.
Darío sufrió fatalismo y su pensamiento manifestó pesimismo. El poeta plantea en muchas de sus obras insatisfacción como Schopenhauer, ante la complejidad de unir conceptos. Se sobrepuso al racionalismo eludiendo mecanismos mentales, llegando así a la certeza de que la vida es valiosa y la consagró en su poesía.
Caballero nos dice finalmente que Rubén es un curioso y singular filósofo y en verdad tenía obsesión por conocer la esencia de la verdad y es singular por interesarse de las particularidades de los seres existentes; llegando muchas veces a un campo ontológico próximo a la doctrina filosófica cristiana.
Ética Laboral Dariana.
En este ensayo nos plantea Caballero el contexto histórico cultural en que vivió el poeta los dos tercios de su vida entre los siglos XIX y XX. Enfoca en el análisis la segunda revolución industrial entre los años 1870 y 1914 aunque algunos opinan que se inició desde 1814. Significó una serie de cambios sociales, económicos e industriales.
Con el triunfo del maquinismo la industria aumentó la producción y se expandió el mercado. Hubo un gran desarrollo industrial consolidando la producción en serie. Surgieron dos clases sociales: Burguesía industrial lujosa y un proletariado pobre. Se originan los movimientos anarquistas, comunistas y socialistas. Surgen pensadores que proclaman el aumento de la producción reduciendo costes (teoría de F.W Taylor) y la teoría de la producción señalando la mano de obra y los costes (Marx). El trabajo analítico sobre la ética laboral Dariana nos ubica en una economía industrializada y una relación hombre- tierra. Se basa en un comportamiento psicológico de trabajo poniendo de manifiesto la ética laboral de hacer bien las cosas y cumplir con las demandas que la sociedad establece. Acepta las modificaciones en el pensamiento Dariano, en cuanto a los principios laborales influenciados por Marx y Smith sobre la economía industrializada que determina la relación hombre- tierra. Proclama Caballero el pragmatismo y el dinamismo productivo para alcanzar niveles de gloria económica que aseguren la estabilidad política. Reflexiona el ensayista sobre esa estabilidad, teniendo en cuenta constar con políticas ágiles y estables que den respuesta a los desafíos planteados y para tal caso nos remite a las teorías laborales ante mencionadas.
La fuente primordial de producción es la tierra y por eso el poeta expresa:
“Necesidad de abrirle el gran vientre fecundo a la tierra
para que en ella brote la concreción de oro de la espiga
y tenga el hombre el pan con que mueve su sangre."
Nos presenta una necesidad no en sí misma, más bien lo hace considerando sus efectos para que el hombre tenga su pan con que mueve su sangre.
El trabajo analítico está desarrollado con visión de varias disciplinas: psicología, sociología, filosofía realizando una síntesis de psicología humanista integradora. Con ella, realiza análisis globales laborales. Hace uso de la sociología porque ésta se integra en la psicología al actuar sobre las mismas premisas. La sociología está dirigida a la sociedad y la psicología se orienta al ser. Ambas se definen en la ciencia y excluyen lo sobrenatural. Lo psico – social aspira a realizarse en la ciencia natural para mejorar la sociedad. Se aproxima a la poesía y en ese sentido nos analiza la siguiente estrofa Dariana:
¡E pluribus unum! ¡Gloria, Victoria, trabajo!
tráenos los secretos de las labores del norte
y que los hijos nuestros dejen de ser rétores latinos
y aprendan de los yankis la constancia, el vigor el carácter.
E pluribus significa unión, diversidad, cultura. Apreciamos poder, trabajo y éxito de los pueblos. Nos conduce Caballero a la tesis de Erich Fromm, en cuanto al proceso social creado por el hombre frente a su semejante indefenso a las fuerzas sociales y económicas creadas por él mismo. Nos ubica en el momento determinante de la segunda revolución industrial en que se da una reestructuración social de crecimiento y mejora por parte de la clase burguesa y de empobrecimiento del proletariado. Un nuevo orden humanístico secular. El ensayo va dirigido a las necesidades del hombre que observa el poeta en el contexto de la revolución industrial. Caballero es capaz de retrotraer a los convulsivos sucesos de lucha social originados por la lucha de clases. Nos hace dirigir nuestra reflexión a las tesis del psicólogo Abraham Mazlow que vislumbra la transformación de la sociedad. Transformación que observa Darío y que el comentarista comparte. Subyace en la ponencia la tesis de R. Einstein de una sociedad evolucionada. Destaca el criterio marxista del trabajo, actividad por la cual el hombre se crea así mismo. Carlos Caballero orienta su trabajo en la creatividad laboral que conduce al desarrollo de nuevas habilidades al formularse nuevos problemas. Atiende al incremento de los medios de producción. Al aumento del mercado. A la precisión de las fuerzas de trabajo y a su poder. Al cultivo de la tierra, la cual, es la esencia del trabajo que Darío encierra en su ética laboral y que Carlos acertadamente interpreta. El ensayo nos da una clara visión de la ética laboral Dariana utilizando las teorías más ajustadas a la motivación humana para realizar labores requeridas. Resalta el ensayo la personalidad del poeta desde el criterio psicológico y sociológico Lo enriquece con las valiosas y tradicionales obras de la teoría económica escrita por los más grandes pensadores de la materia. Expone con claridad el comportamiento económico Dariano analizando los procesos en que la economía afecta a la conducta humana surgiendo un comportamiento que afectará al proceso económico. En el análisis que nos presenta Caballero hay tácticas de gran influencia social que conducen nuestra reflexión al Homo Económico de Adam Smith y a un acercamiento a Carlos Menger, en cuanto a las variables subjetivas del comportamiento económico.
Es admirable la capacidad humanística de nuestro representante de la Asociación Hispano- Americana Francisca Sánchez del Pozo en Managua Nicaragua. Nos ha brindado ensayos de variadas disciplinas del pensamiento que honran a nuestra asociación al seguir los principios de buscar la verdad dentro del pensamiento Dariano.
¡E pluribus unum! ¡Gloria, Victoria, Trabajo!
El amor de Darío y Francisca.
En este ensayo Carlos Caballero nos remite a su pensamiento filosófico reflexionando sobre la soledad del hombre sin la compañía de la mujer. Introduce el tema con el principio bíblico de la creación de la compañera del hombre para pasar de inmediato a la aparición de Francisca Sánchez llenando la soledad del poeta. Deduce filosóficamente que la relación se da por fenómenos de voluntades consecuentes de sus yo y derivados de sus propias circunstancias. Francisca será auxilio de sus soledades y dará sentido a sus angustias existenciales que lo conduzcan por sendas de esperanzas. Ella es para Rubén:
“¡Franca, cristalina
alma sororal
entre la neblina
de mi dolor y de mi mal!”
Como suele hacer en sus ensayos, nos remite Caballero, a tesis de filósofos y psicólogos para estructurar sus ponencias sorprendentes, acercándose a tesis de filósofos como Armando Zambrano, que afirma: “Darío es el misterio cotidiano que se enfrenta a la vida” o a Erich Fromm, que nos dice: “En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y no obstante siguen siendo dos”.
“Un marido y amante
que, terrible y constante,
será contigo dos
Y que fuera contigo
como amante y amigo
al infierno o a Dios”.
Influye en el ensayo la tesis del amor como acto de voluntad escrita por el filósofo y psicólogo judío alemán Erich Fromm. Caballero plantea una relación psicosomática de Francisca y Rubén. Implica un acto de voluntad libre y obediente a la razón y no a las pasiones irracionales. Francisca encontrará un ser amado enriqueciendo el concepto de individualidad. Darío dejará atrás sus angustias y afirmará su yo.
El ensayo nos conduce por sendas psico-filosóficas que solucionan el problema de existencial Dariano. Es clara la unión analizada que no pierde peculiaridad. El tema gira en torno a raíces psicosomáticas. Darío con todos sus factores psicológicos conoce a la bella y joven Francisca. Responde como dice el argentino Arturo Capdeville: “Como un hombre ya que ninguna vibración humana faltaba en él.” Como poeta respondió así:
“Ser cuidadosa del dolor supiste
y elevarte al amor sin comprender;
enciendes luz en la hora del triste,
pones pasión donde no puede haber”
El ensayo nos habla de la fe y realiza un paralelismo teológico para la comprensión del ser humano. Analiza formas de vivir destacando soportes emocionales. Entra en reflexiones filosóficas que recuerdan aseveraciones de otros ensayos en los que se refiere a Sartre y a Nietzsche, realizados cuando éramos estudiantes en la Escuela Normal de Managua. Carlos nos une la creencia Dariana a su esperanza personal de Dios siguiendo o no principios religiosos; pero si teniendo en cuenta sus comportamientos sociales. La fe destacada tiene determinación en la vida del poeta y nos induce a pensar en la fe judía o en cualquier otra que se base en la esperanza mágica de creencia certera. Su percepción nos habla del positivismo religioso orientador del poeta y su salud emocional, la cual, es posible en compañía de la mujer que Dios dispuso para el hombre.
Buena parte del ensayo nos introduce en el sufrimiento existencial Dariano. En intrincada lucha por comprender su vida azarosa. La absurda suerte que lo sumía en un vacío sentimental. Francisca fue su motivación existencial que orientó en su desesperación. Superó deterioro subjetivo integrándose a la vida familiar. Dejó atrás el sufrimiento tras la muerte de su Rafaelita su:
“Lirio divino, lirio de las anunciaciones;
lirio florido príncipe,
hermano perfumado de las estrellas castas”.
Alejó el sentimiento de no saber de sí mismo “y ser sin rumbo cierto”. Francisca orientó su camino para que escribiera sus hexámetros ecuménicos:
“Ínclitas razas ubérrimas sangre de Hispania fecunda.”
Y en su alma resonó la marcha triunfal.
Francisca representa en la vida del poeta para Caballero una reflexión filosófica de sincronización. Resume en la atracción surgida en la casa de campo en la que se dan circunstancias coincidentes. Medita con certeza filosófica la especulación mágica del azar movida por los hilos invisibles, de los cuales, nos habla Carlos Jung de sincronicidad y no de casualidad.
Caballero sintetiza su análisis exponiendo la unión de dos realidades que conectan por inclinación siendo el inicio de sus circunstancias compartidas para crecer en el subconsciente de los dos. La sincronicidad del encuentro surge de la sorpresa provocada por la coincidencia. El criterio filosófico de nuestro ensayista perfila el pensamiento de Wolfang Pauli, en cuanto a la sincronicidad unificada que nos plantea lo que emerge y regresa todo lo existente. Lo nutre de teoría total y el orden que establece la mecánica cuántica de David Bohm, en relación que no ve el encuentro metafórico de dos seres deambulando en el parque. El observa la conexión de sus raíces en profundidad.
El ensayo está escrito en una dialéctica filosófica en movimiento. Desde Marco Aurelio hasta Bergson pasando por las ideas de otros. Con Francisca, Darío tuvo fe para vencer penas y ser el poeta más grande del Modernismo. Francisca era bella físicamente pero su espíritu era más y Caballero acertadamente lo deduce de los siguientes versos:
“Alma pura,
alma franca”.
El poeta valoraba en ella lo bueno. Su juicio mental dirigido a la bondad, a su ética personal y a su responsabilidad, por eso dice Rubén:
“Se lo que debes de ser,
lo que Dios te propuso
la ternura y el huso…”
Francisca fue libre para enfrentarse a exigencia del matrimonio vigente en el siglo decimonónico. No faltó a la verdad de amar haciéndolo hasta su muerte.
El ensayo sobre el amor de Darío y Francisca es una rica exposición psicoanalítica de sincronización espiritual de dos entes valorados con rigor humanístico que posee el Dr. Carlos Caballero Alvarado. Cierra su brillante expresión con el espíritu del pensamiento de Bohm de dos seres que conectaron sus raíces en lo profundo de su espíritu: Francisca Sánchez acompaña- me.!
En estos ensayos brillantes de Carlos Caballero vuelvo a vivir las emociones causadas por sus reflexiones humanísticas y celebro las llevara adelante para pulirlas de tal manera que merecidamente ocupe un lugar meritorio en el pensamiento nicaragüense; cumpliendo así las expectativas educativas que nos dieron los inolvidables maestros: Justo Pérez Mora, Juan Manuel Sequeira y Julián Corrales Munguía con sus puntualizaciones gramaticales y literarias de Andrés Bello y Rufino José Cuervo que nos motivaban a soñar caminos de la tarde como Antonio Machado y que muchos seguimos como lo hizo en las letras Amandita Pastran, Laura López y Rodolfo Aburto. Este humilde servidor se siente orgulloso de haber compartido aula de estudios con tan preclaros talentos y especialmente al amigo humanista Carlos Caballero.

Edwin Zúniga Reyes.
Viena 14 de octubre de 2022.
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