Boletín Informativo Num. 13 - PAX (Edwin Zúniga Reyes/Maria Isabel Flores Rubio)
- Asoc. Francisca Sánchez
- 11 ene 2022
- 7 Min. de lectura

Pax
Con un verso de Petrarca inicia su poema que muchos lo interpretan como una despedida de vida, historia y época del inmortal poeta Rubén Darío. Para la comprensión de tan trascendental obra hay que tener en cuenta dos parámetros fundamentales. El primero es el escenario mundial que podemos sintetizarlo en tres grandes bloques:
- Depresión.
- Guerra civil de España.
- Guerra Mundial.
1914 es año de inflexión mundial y de literatura.
El segundo parámetro a tener en cuenta es la condición personal del poeta. Darío está enfermo y prematuramente envejecido por su adición alcohólica y en él se manifiestan las postrimerías de sus miedos, el terror a la muerte lo domina.
El poema Pax es leído en la Academia Americana de Artes y letras de Nueva York el 25 de marzo de 1915 que lo recibe en calidad de huésped.
El poema consta de 194 versos leídos en la Academia más cuatro que le fueron añadido después por Andrés González Blanco en 1924. Comienza citando a Petrarca:
Io Vo gridando pace, pace, pace! entrando de inmediato a una polimetría para describir la situación confusa de la guerra que ensombrece al mundo. Todo lo estructura en siete heptasílabos, nueve octosílabos, once eneasílabos, un decasílabo, ocho endecasílabos, un dodecasílabo y siete alejandrinos. Ante la variedad métrica, el ritmo se hace difuso manifestando falta de claridad rítmica. Una visión global del poema manifiesta una crónica sintetizada de Europa bañada en sangre, simbolizando la caída de Occidente entre el dolor y el llanto.
Al despedirse Rubén Darío de Europa deja en el más profundo desconsuelo a Francisca su musa de carne y hueso, su musa humana buscada entre su inspiración poética de ninfas y princesas. El barco Antonio López lo llevará a dar conferencias por la paz según el plan ideado por Alejandro Bermúdez. Orador compatriota que, al presentarse en el hogar del poeta, Francisca desconfía. Bermúdez es un aliado de Rosario Murillo, su segunda esposa que no desiste en su empeño de tener a su lado a Rubén.
Darío se ilusiona con la parafernalia triunfalista que le pinta Bermúdez y decide viajar a las conferencias de Paz. Francisca le suplica que no se marche, dejando en la orfandad a Güicho. Le advierte que es un engaño. Rubén responde que a él nadie lo engaña. Que pronto volverá. Bermúdez le suministra abundante licor para minarle la voluntad. Pasa su última noche con Francisca y su hijo en el camarote asignado en el barco Antonio López. Pasan esa noche llorando y consolándose. Francisca le repite: Tatay no se vaya. Usted va engañado. – No mi hija yo no me dejo engañar. Bermúdez es buen amigo mío y paisano.
Cree que le servirá mucho en la campaña por la paz ideada por Bermúdez. Francisca ve partir el barco con lágrimas expresando el dolor de su alma hasta que el barco se pierde en el horizonte. Fue el 25 de octubre de 1914 cuando Darío deja Europa y empieza el sufrimiento final de su vida al desaparecer su “lazarillo de Dios en el sendero”.
El 12 de noviembre llega a Nueva York. Su rostro da evidencia de su deterioro. Piensa que después de su intervención en Nueva York viajará a la Argentina. Bermúdez quiere llevarlo a Nicaragua. Se comunica por carta con Rosario Murillo sugiriéndole que venga por Rubén, el cual, está decrépito físicamente y minada su voluntad. Es tal la alevosía de Bermúdez que escribe a su mujer María Antonia haber sacado a Rubén de la pocilga en que vivía. La intuición de traición de la mujer que amó al poeta se cumplió.
Rubén se admira de América dice: Es preciso venir aquí para encontrar dentro del pecho de bronce de estos atletas físicos y morales, una ingenuidad verdadera. Le entregan la medalla de Artes y literatura de la Hispanic Society of América. A ruego del señor Acher M Huntington, escribe en una columna del edificio los siguientes versos panegíricos:
“Visitante que pasas por esta casa egregia:
Mira como la América noble y republicana
Da cabida a la gloria de la progenie hispana
y a su espíritu eterno brinda acogida regia.
Aquí podéis mirar cual fue la hija de Lacio
Que siendo Iberia dio luces en paz y en guerra.
Saluda a quien creó este ilustre palacio
Que propaga el pasado triunfo sobre la tierra.
A él nuestros loores, pues por su sin igual
Esfuerzo, que produce riquezas y eficacias
Desde la maravilla de su sueño inmortal
Cervantes y el divino Diego dicen gracias”.
Darío cae en la indigencia. Resulta imposible hacer un envío monetario a Francisca para la celebración de la primera comunión de su hijo Güicho. Su amigo Fabio Fiallos le compra el lazo indispensable del traje ceremonial y Francisca con sus raquíticos ahorros paga una fotografía para que su Tatay vea la foto de su hijo.
El poema Pax es respondido por la Academia de la siguiente manera:
“Sois el heredero de una civilización histórica cuyo tesoro artístico y literario habéis acrecentado, gracias a vuestra obra exquisita y superior, dotándola con todas las fuerzas de misterio y exaltación de este nuevo mundo en que habéis nacido. Familiarizado con todas las cosas nuevas de Europa, habéis descubierto el espíritu renaciente del viejo mundo y lo habéis interpretado para el nuevo. Pero algo más habéis realizado, algo que os une particularmente a nosotros, a los hombres del norte. Mientras por una parte alcanzábais la más emocionante interpretación de la vida y la cultura latinas, por otra sorprendíais en dos de nuestros poetas- Poe y Whitman – aquellas genuinas interpretaciones que enriquecieron vuestro arte con desembarazadas formas del metro y del ritmo, fundiendo así en una las aspiraciones de las dos razas típicas que dominan nuestro continente occidental. Sois, pues, a un tiempo mismo, un apóstol de la buena voluntad y un centinela avanzado en los caminos de la concordia internacional.”
Io vo gridando Pace, pace, pace!
En este poema literariamente observamos giros literarios especiales. Darío se auto libera de su genial dominio de la métrica latina para dar a su obra la característica filosófica del petrarquismo “alma en el alma, mano en la mano” un grito a los países de la aurora. Es un llamado de honda reflexión filosófica de paz, que si bien se distancia de la métrica reviste su pensamiento con los pétalos de sublime metáfora. Ante el horror de la guerra el poeta visionario ve pasar a la muerte sobre las huellas del Cristo que regó lágrimas y estrellas. Podemos apreciar que a la metáfora concede una musicalidad envolvente, la cual, va a sustituir al engranaje métrico del verso por un ritmo nacido de esencia poética en una metáfora ágil que solo la genialidad de Rubén pudo dar eurítmica al alma que sabe escuchar.
“! Matribus detestata! Madre negra
a quien el ronco ruido alegra
de los leones.
Genialmente Darío continua con el ritmo singular metafórico expresando idea de muerte con el simbolismo del ronco ruido. Indudablemente se refiere al cañón de la contienda que alegra a los hombres cainitas que asesinan a sus hermanos. Es evidente el desprecio del poeta hacia la guerra y su firme aprecio de la paz que abriga su conciencia.
La negrura que vislumbra retrospectivamente quizás sea a los recuerdos de sus primeros años en su León natal, cuando asistía a las celebraciones de la Virgen Negra de Mercedes. Ante el espanto de la guerra europea, Rubén Darío vuelve al terror de la muerte reviviendo en su pensamiento al padre sin cabeza, la cegua o la mano peluda. Todo ese espanto por lo siniestro del enfrentamiento bélico. Directamente se dirige a Palas, divinidad del panteón griego y representativa diosa de la guerra diciéndole:
“¡abominada seas
por los corrientes siglos y fugaces edades
porque, a pesar de todo tus fuertes potestades
sucumbirán al trueno de oro de las ideas.”
El poeta aspira al humanismo conque empieza el poema evocando antibélico petrarquismo. Invita a volver nuestra reflexión a Homero, Da Vinci y Dante para que vean el espectáculo cruel desde el principio hasta el fin:
“la quijada del rumiante
en la mano de Caín
sobre la frente de Abel”
La metáfora rítmica que imprime la genialidad de Darío es el hilo conductor de una poesía de fuerte tinte filosófico. El genial versificador modernista en los últimos años de su vida mortal enarbola una nueva forma de versificar, dando pauta de vanguardia del verso libre, género en que van a destacar posteriormente geniales poetas americanos como Pablo Neruda y César Vallejo:
“¡No reyes… Que la guerra es infernal, es cierto:
cierto que duerme un lobo
en el alma fatal del adanida!”.
Rememora el pensamiento de Thomas Hobbes que basado en la vieja locución latina “homo homini iupus” sentencia: “El hombre es un lobo para el hombre”. Darío trae a su mente la oscuridad que Hobbes manifiesta en su obra “Leviatán” en la que aspira a la realización de una filosofía política de Occidente. Al pensamiento del filósofo inglés, el poeta opone su pensamiento cristiano:
“Jesucristo no está muerto,
Y contra el homicidio, el robo.
¡Él es la luz, el Camino y la vida!”
Hohenzollern es una dinastía prusiana que en su escudo expone un águila negra. Se origina de la familia de condes de Suabia en los siglos XI y XII. Eran emperadores de Alemania y reyes de Prusia. Darío se refiere a Guillermo de Alemania perteneciente a la casa Hohenzollern, artífice del segundo Reich tras la victoria de la guerra turco - prusiana.
Al fin de la Primera guerra Mundial termina la dinastía Hohenzollern,
Continúa el poema mencionando negruras. Se refiere a Abbadon el abismo insondable de los muertos. Appollión es el mismo personaje anterior nombrado en griego. Y finalmente se refiere a Exterminana que es el mismo y que el poeta utiliza simbólicamente para expresar la exterminación que causan las armas de guerra. Seguidamente anuncia la hora de la llegada de la aurora a reyes, emperadores y presidentes. Menciona las visiones apocalípticas de Alberto Durero para relacionarlas con el espectáculo dantesco destructivo que causa la guerra. Clama por:
“Haced la evocación de Homero, Vinci, y Dante
para que vean el
espectáculo cruel
desde el principio hasta el fin:
la quijada del rumiante
en las manos de Caín
sobre la frente de Abel”.
Insiste el poeta en la lucha fratricida.
Continúa hablando del “misterio que vendrá envuelto en fuego más formidable. Lo dirá la épica india y el drama griego” y que nuestro siglo eléctrico verá surgir al anunciado por Juan. Habla de las visiones de Malaquías visionando que después de las tribulaciones será destruida la ciudad de las siete colinas y nacerá el sol de justicia.
Su convicción cristiana se refiere a gehena para agrupar a los pueblos que creen en el infierno. Es una clara alusión al ejército otomano que participa en la Primera Guerra Mundial.
En el poema sigue enumerando personajes bíblicos. Leviatán la criatura marina que representa el mal y el caos. Afirma que Guillermo Hohenzollern ve con ojo enfermo de visiones de siglos, justificación de la guerra para invadir naciones. Expresa ternura cristiana al decir: Santa Claus, el que viene a la cuna del niño. Ve en la desesperación de la muerte a su hijo. En 1870 arde la guerra. París está lúgubre en la Nochebuena. Noche profunda de guerra. El canto aleja el mal de la tierra. Vivat Gallia Regina! Vivat Germania Mater! esta salutación de Petrarca hace surgir al ángel de la paz.” Krupp hace crudo espanto”. Se refiere al cañón de acero de 9 centímetros y estrías que Prusia utilizó por primera vez. Por supuesto, hacía feliz a la muerte. Ante el espanto de la guerra invoca: ¡Oh pueblos nuestros! Juntaos en la esperanza y en el trabajo y la paz. Termina el poema pidiendo la paz en el nombre de Dios.
The Star-Spangled, con el blanco y azur…
Edwin Zúniga Reyes
María Isabel Flores Rubio.
Viena 10 de diciembre de 2021

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