Boletín Informativo Num. 21 - Oda a Mitre /Edwin Zúniga Reyes
- Asoc. Francisca Sánchez
- 3 abr 2022
- 7 Min. de lectura
Oda a Mitre

Traducción del poema de Ovidio:
Estoy rodeado por los tiempos triunfales de Apolo con laurel Se sintió en mi funeral y arreglos funerarios. Las maniobras del hombre me eran conocidas, y los dones de los reyes; Y todos sus pueblos quedaron recogidos por la inscripción; Y con que deber me levanta ese joven ¿Qué hubo antes de mi lecho tan noble? Finalmente, para ser alabado por la santa boca de César Me he ganado lágrimas para todos y para Dios. Ovidio
Rubén Darío dedica su emblemático poema con acento heroico a Don Bartolomé Mitre. Anteriormente llegó a Valparaíso, Chile el 24 de junio de 1886. Por cartas de recomendación traídas de Managua, es protegido inmediatamente por Eduardo Poitier y Eduardo de la Barra. Con Poitier escribe una novela sentimental titulada Emelina para un concurso, el cual, no ganaron. Gracias a Portier consiguió trabajo en el diario La Época de la capital. Rubén paso muchas penalidades y hasta desprecio por su escaso refinamiento. Logró la amistad de Pedro Balmaceda Toro, hijo del presidente de la República y de Manuel Rodríguez Mendoza. Publica su primer libro Abrojo en 1887 y consigue trabajo en el diario El Heraldo. Divulga exitosamente Azul y recibe la consagración como prosista y poeta de gran talento por el eminente escritor español Don Juan Valera.
La fama adquirida le permite escribir en el diario Argentino la Nación, para el cual, escribió más de 600 crónicas y se distinguió entre los intelectuales de todo el mundo. Su colaboración con el diario significó su principal fuente de mantenimiento. En 1886 establecido en Chile y escribiendo para los periódicos El Mercurio y La Época triunfa en el Certamen “Varela” con “Canto épico a las glorias de Chile”. Uno de los miembros del jurado fue Victorino Lastarria, quien lo recomendó a su colega argentino Bartolomé Mitre. En febrero de 1889 publica Darío un artículo en el diario la Nación titulado “Llegada de la “Argentina y del Almirante Barrozo”.
En 1893 se incorpora a la redacción. En 1898 dedica a Mitre un poema con motivo de su cumpleaños número 77, el cual, fue publicado un día después del aniversario.
Su labor fue desempeñada con gran acierto cubriendo los sucesos de la guerra de Cuba, La Exposición Universal de 1900 en París. Sus crónicas se publicaban cada semana y se especula que recibía un salario de 600 francos por ellas. Posteriormente fueron editadas y entre las cuales, destaca “Los Raros.”
Trabajó 25 años para La Nación. Dedicó en 1906 con motivo del fallecimiento de su jefe el militar, político, periodista e intelectual Bartolomé Mitre su “Oda, en la cual, hace gala de su maestría en el uso del hexámetro. Rubén Darío en su loable labor reformista de la lírica castellana sigue los pasos de los primeros adaptadores de la métrica grecolatina al verso castellano en el siglo XVII. El español Esteban Manuel de Villegas y el poeta colombiano José E. Caro. Lope de Vega es el poeta clásico del dáctilo. La estructura del hexámetro está formada por seis pies métricos que pueden ser:
— U U— U U— U U— U U— U U
Es un holo dáctilo.
Los dáctilos están formados por una sílaba larga seguida de dos breves. La sílaba final se llama Anceps o indiferente. Aunque sea breve en la parte final del verso se alargaría.
-uu/-uu/ -uu/-uu/uu/uu/
Si en el quinto pie solo hay dos breves será un verso espondeo.
Ejemplo de esta versificación Dariana apreciamos en su poema “In Memoriam a Bartolomé Mitre”:
“Súbita y mágica música óyese en férvidos ímpetus
y jefe, o padre, o héroe siente llegar a su oído…”
En la oda a Mitre observamos el manejo magistral de la versificación grecolatina con la que imprime solemnidad hímnica: ¡” Oh Captain! ¡Oh my Captain”! clamaba Whitman.” Este primer verso es un pentasílabo con una cesura que lo divide en dos partes. La primera está formada por dos dactílicos y la mitad de un espondeo. La segunda parte está formada por un pie dáctilo y una sílaba breve. Al ser final del verso se alargará el efecto sonoro de la sílaba. Podemos considerarlo como mitad de un espondeo. Hace uso de la mitad del pie métrico evitando el uso de las dos sílabas largas que lo haría monótono. Continúa con otras combinaciones como la usual en la métrica latina de alternar el pentasílabo con el hexasílabo. Esto nos recuerda los dísticos elegíacos de las “Tristes de Ovidio.”
Cuyo esquema sería: Cu/m subi/t- il-li -us x tris-tis -si -ma/ noc -ti -s- i/ma -go.
En la Oda a Mitre, Rubén Darío realiza una oda hímnica tratando de conseguir el efecto rítmico grecolatino. Se vale de la combinación de los pies métricos que él determina por el número y acentuación de las sílabas. De esta manera, se aproxima a los pies métricos basados en sílabas largas y cortas.
“Cíngor Appolinea victricia tempora lauro”
Ovidio.
“Oh Captain!, ¡oh my Captain!”
Darío cita este verso de W. Whitman.
El ritmo Dariano se basa en la palabra viviente que mueve al espíritu de la idea para alcanzar melodía revestida de sonoridad. Su verso atrapa un mundo fugitivo con elementos disímiles que culminan novedad. Usa metáforas clásicas, sustantivo- adjetivo:
Gran capitán de acero y oro
induciéndonos a una percepción de dureza y de valor de un general que ama la acción y el sueño libertario como su tesoro.
El ritmo es un elemento importante en el poema. Son muy notorios los versos prosódicos en las composiciones cívicas de Rubén. Este género surgió en Francia en los años ochenta en la poesía de Mallarmé y fue usado por José Asunción Silva en sus nocturnos. Algunos estudiosos opinan que se debió al intento de adaptación del hexámetro a las lenguas romances por parte de los poetas finiseculares. Se trata de recursos musicales del verso basados en la rima, aliteración y anáfora. Darío realiza un desprendimiento de la métrica rígida hacia posibilidades armónicas dando sonoridad a la melodía. El verso prosódico lo inicia Garcilaso de la Vega. Continuando su utilización Rubén Darío.
Comienza la oda a Mitre con el famoso verso de Whitman que puede considerarse un verso libre o un pie métrico ternario agudo: Oh Captain/ seguido de un pie cuaternario también agudo:
¡Oh my Captain!”.
La cita de Whitman tiene el propósito otorgar a la oda un giro de modernidad. El tono cívico anteriormente lo utilizaban en sus composiciones Andrés Bello, José Joaquín de Olmedo y Jorge Carrera de Andrade. Rubén amplía la oda imprimiéndole arrebato lírico y modulándola con su ritmo interior. Acerca en ocasiones a un verso rítmico fluctuante. La mención de Whitman es una visión asociativa de ritmos para lograr versificación sin igualdad silábica.
Los versos iniciales podemos considerarlos versos octosílabos bajo el criterio de versificación castellana. Aunque son siete sílabas por terminar en aguda se aumenta una. Esto, nos da idea de la polimetría del poema. Integrado por varios pies métricos o versificación silábica. En algunas ocasiones, nos pondrá frente a un verso libre que culminará el sentido con el vigor del ritmo. Subyace el espíritu cívico en el poeta desde su juventud. En el poema a su padrino Máximo Jerez, exalta los valores del liberalismo:
¡Gloria al genio! A la faz de la tierra
de su idea corramos en pos
que en sus brazos hay ardores de guerra
y en su frente vislumbres de Dios.
Esos valores cívicos los mantiene en su madurez expresándolos en sus célebres poemas como: la Marcha triunfal, Canto a la Argentina y la Oda a Mitre. En este poema se refiere al general Manuel Belgrano, a José de san Martín, los cuales, son sus modelos cívicos. Escribe con cuidadoso tecnicismo el metro de sus ritmos añadiéndoles complicaciones métricas para organizar el ritmo adecuado con procedimientos de cerrar el hemistiquio en una sílaba aguda:
“¡Oh, Captain/
Agregar dificultades fue propio del barroco, la cual, fue necesariamente estudiada por el poeta para llevar su ideal reformista de los versos castellanos; pero tuvo visión futurista de las epístolas y odas con las que correspondió a sus benefactores. Su futurismo se basó en iluminaciones simbolistas del poeta maldito Rimbau, las cuales, hicieron posible el verso Dariano, en sus complicados óbices abrazando al verso de vanguardia. El presente es una inquietud viva en el poema expresando soledad:
· Hayan parado en un momento
el instante de un pensamiento”.
En esta preciosa metáfora metafísica, el poeta ubica su angustia existencial de su presente y de la cual, surge cantando con entusiasmo:
¡Argentina, región de la aurora!
Oh tierra abierta al sediento
de libertad y de vida.
Lo continúa filosofando con entusiasmo el origen del hombre:
“Los dioses y los hombres tienen el mismo origen”
para hablarnos de los grandes sabios: Platón, Catón. y el senador romano Lucio Cincinato para compararlo con Mitre el patriarca continental.
El tiempo lo resume en:
“los hechos fugaces de las horas”
En las que canta sus odas hímnicas:
Tu gloria crece y se ilumina
en la República Argentina
con una norme luz de sol,
y tu idea en el continente
ha derramado su simiente.
en donde se habla español.
Su visión de futuro la simboliza en el porvenir y en el ángel de la aurora. Pasado, presente y futuro. Darío lo concibe así:
“El ángel del Señor a juicio llama
al pasado, al presente
y al porvenir. El eco se derrama
y el abismo se inflama
al tronar la palabra omnipotente.”
Flexibilizando versos y estrofas crea ritmos musicales que continuaran sus seguidores. Verlaine había propuesto el simbolismo de “la musique Avant tout chose”. Darío hizo uso de ella en múltiples posibilidades. Hizo suya la flauta de Pan mencionada por Verlaine y la lira Apolínea simbolizando a la aurora hija del sol. Distribuyó novedosamente los acentos intermedios y las pausas para crear el ritmo hímnico:
lleno de cívico decoro
y limpio de odio y de oro
hacia la eternidad te vas,
como un jefe amado y amante
con la bandera por delante
y las bendiciones detrás.
Oda a Mitre es un canto al que el arcángel de la guerra besó en la frente. Al que apartó sobre los Andes nubes de trueno y dolor. Al maestro que supo que odio y mentira se esfuman ante el alma celeste de la lira. Darío sigue la enseñanza de Mallarmé de concentrar en el +-idioma humano las potencialidades de la música creando en el ritmo un mundo fugitivo pero que, en el instante de la percepción mental, se posee.
Rubén Darío rompe estructuras fijas. Moviliza cesuras. Realiza encabalgamientos rítmicos. Atribuye metafóricamente cristal y bronce al verbo de Mitre. Enfatiza lo cristalino a su pensamiento, ajeno a la diosa de la luz para subir a las alturas sin miedo al abismo. Loa a Mitre con el entusiasmo cívico que canta a sus próceres desde temprana edad:
¡Gloria al genio ¡A la faz de la tierra
de su idea corramos en pos
que en sus brazos hay ardores de guerra
y en su frente vislumbre de Dios.
Oda a Simón Bolívar. (Rubén Darío)
Desde su juventud Rubén canta un entusiasmado liberalismo alimentado por el círculo social en que despiertan sus ideas políticas y filosóficas. León Santiago de los Caballeros es la cuna de su Nicaragua natal donde el pensamiento del general Máximo Jerez es la bandera que agitan los libres pensadores. A ello, se debe las incipientes odas de juventud como la dedicada a Simón Bolívar. Fue el espíritu inicial de los cantos hímnicos empezados con: Canto a Jerez, Unión Centroamericana y que culminaran con los cantos heroicos a Chile, Argentina y los poemas al paladín y poeta Bartolomé Mitre a quien dedicó un lauro y una espada.

Edwin Zúniga Reyes
Viena 2 de abril de 2022
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