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Boletín Informativo Núm. 33 - Verso libre - Dr. Edwin Zúniga Reyes.

  • Asoc. Francisca Sánchez
  • 4 ene 2024
  • 40 Min. de lectura

Verso libre



 

 El verso libre figura en la literatura castellana en la silva barroca del siglo XVII como una oposición a las formas métricas estróficas establecidas. En Francia lo vemos en 1523 en la obra Blaise de viginére y su traducción en 1596 de los salmos. En 1588 surge la prosa poética en los románticos Aloysius Bertrand, y Chateaubriand. Este género fue seguido por los simbolistas Charles Baudelaire y sobre todo Arthur Rimbaud que los hace totalmente libre. Iluminations 1872 y 1875 Marines “Mouvement”. Des Fleurs de bonne Volonté.

Walt Whitman (1819-1892) Escribe en verso libre. Su verso es irregular en cuanto a su extensión. Sus características de versículos tomados de la versión inglesa de la biblia expresan paralelismos semánticos característicos de salmos y profetas.

Gustav Kahn simbolista francés abandona el parnasianismo al considerar agotadas las formas estróficas. Igualmente lo hace el vanguardista Stéphane Mallarmé quien hizo uso de una sintaxis experimental mezclando hipérbaton con formas inglesas o latinas. También realiza innovaciones tipográficas usando espacios en blanco en los poemas. Fue un decidido defensor del verso libre.  Hasta llegar a decir: “Cada poeta puede esconderse en su retiro para tocar su propia flauta con la métrica oficial. Lo hemos tocado en demasía y nos hemos cansado”.

Johann Wolfgang Goethe escribió poemas en versos libres: “Prometheus“. Y también el poeta Hölderlin.

En la lírica española desde antes del siglo de oro se intuyen el verso libre. Juan de Mena, es el poeta alegórico dantesco del prerrenacimiento que escribe el “Laberinto de Fortuna”. En la que atiende al uso de las palabras esdrújulas para darle a su verso el característico ritmo poético que exige el verso libre. Desde entonces la poesía orienta al verso libre hasta nuestros días.


“Tu Calíope, me sey favorable

Dándome alas de don de don virtuoso

Y porque discurro por donde no oso

Convida mi lengua con algo que fable.” 

(Juan de Mena).


El Arcipreste de Hita. Iñigo López de Mendoza y de la Vega en su libro del buen amor conserva el ingenio de los villancicos y los enriquece con raíces cultas de la literatura bucólica.  Característica propia de la transición del medioevo al Renacimiento.


“Moza tan fermosa

No vi en la frontera

Como una vaquera

De la Fino josa.

 

Faciendo la mía

del calatraveño

a Santa María

vencido del sueño

por tierras fragosas

perdí la carrera

do vi la vaquera

De la finojosa.”

 

Los versos son hexasílabos con rima consonante abba alternando con la cuarteta abab. La relación de este poema con la versificación libre es la repetición que en forma de anáfora nos presenta repetidamente el estribillo “do vi la vaquera de la finojosa”. Destaca estrofas no uniformes y el uso de los verbos en tiempo pretérito o pretérito simple, idóneo para la narración. Los sustantivos van referidos al lugar en que se desarrolla el poema y los adjetivos son epítetos utilizados para destacar la hermosura de la serrana. En sus versos podemos apreciar el uso de una sintaxis tradicional en la cual se conserva el ingenio de los villancicos populares enriquecido con la raíz culta de la literatura bucólica propia de la transición de siglo del medioevo al Renacimiento.

Gustavo Adolfo Bécquer es el poeta del verso armónico, cadencioso e intimista que escribe con mucho acierto el verso libre.

Volverán las oscuras golondrinas es un poema en verso libre que a pesar del tiempo no pierde actualidad.


“Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo

Refrenaban

Tu hermosura y mi dicha a

Contemplar,

Aquellas que aprendieron nuestros

Nombres…

Esas… ¡no volverán!”

 

En estas dos estrofas del poema podemos observar la ausencia de rima. Que los versos no tienen una medida uniforme ya que son de once y de siete sílabas lo cual nos recuerda los versos de pie quebrado en la muerte del padre de Jorge Manrique. Los versos de siete sílabas al final de las estrofas dan fuerza poética lo cual es un recurso usado para acentuar el ritmo. El poema tiene una fuerte característica de verso libre por su orientación melódica rítmica que da la impresión de tratarse de una canción con rima yámbica. La armonía ideal del poema se logra con el ritmo interior.

En España se da una corriente de poesía desarraigada de post guerra inspirada en el libro “Hijos de la ira” de Damaso Alonso influenciado por el paralelismo de los siete salmos de las métricas hebreas con sus sintagmas progresivos. Escribe versos libres en los cuales aparecen imágenes grotescas que se alejan de la belleza poéticas.


“Gota pequeña, mi dolor.

La tiré al mar.

Al hondo mar.

Luego me dije ¡Ah tu sabor

ya puedes navegar!”

(Dámaso Alonso)

 

Vicente Alexandre escribe un código particular de expresión poética. Abandona reglas métricas. Hace uso de pausa entre un verso y otro. Busca la expresividad, la forma y la medida del poema y e verso depende del estado de ánimo del poeta que genialmente conduce al ritmo con los verbos tirar y navegar. Esta es una característica muy usada en la versificación libre de nuestro tiempo. La Metáfora es un recurso importante en el verso libre. Se debe tener cuidado de conservar la cadencia semántica para que no quede aislada en un sin sentido.

 

“La luna como una mano

Reparte con la injusticia que la belleza usa

Sus dones sobre el mundo.”

(Vicente Alexandre)

 

Manuel Altolaguirre escribe verso suelto que también son llamados versos blancos. Estos son escritos con medidas, pero sin rima. Se diferencia del verso libre que carece de rima y de medida. Ejemplo de verso blanco:


“El tiempo es una llanura

Y mi memoria un caballo

Jinete suyo yo voy

A oscura por ese campo

Sin detenerme en recuerdos

Fugaces como el relámpago.”

(Manuel Altolaguirre.)


El verso suelto no lleva rima, pero puede intercalarse con verso rimados:


Las mujeres y las flores

Son parecidas

mucha gala a los ojos

al tacto espina.

 

La rima no es indispensable en el verso y si la eliminamos esos versos sea llaman: libres, sueltos o blancos. Hay dos clases de versos libres:


1)      Los que atienden a métrica y acentos y suprimen la rima.

2)      los que suprimen rima, métrica y solo buscan el ritmo interior, que es armonía ideal. Los poemas sin rima se consideran más difíciles porque el poeta fuerza su instinto musical en busca de la consonancia sin caer en defectos de versificación al faltar la cadencia cualitativa que complace al lector.


“Aunque tengo impulsos de cantar. El viento

en la infantilidad de la mañana.”

(Porfirio Barba-Jacob)


3) los que suprimen rima, métrica y solo buscan el ritmo interior, que es armonía ideal. Los poemas sin rima se consideran más difíciles porque el poeta fuerza su instinto musical en busca de la consonancia sin caer en defectos de versificación al faltar la cadencia cualitativa que complace al lector. Esto podemos apreciar en el poema “Canción de la vida profunda.

                                                  

Mas hay también, ¡Oh tierra! Un día…un día…un día

En que levamos ancla para no volver.

Un día en que discurren vientos ineluctables

¡un día que ya nadie nos puede retener.  

(Porfirio Barba Jacob.)

 

El verso moderno ha ido omitiendo la rima y el ritmo métrico atendiendo solamente al ritmo interno que encierra la armonía del concepto. Armonía que visionó Rubén Darío en el prólogo de Prosas Profanas: “Como cada palabra tiene un alma, hay en cada verso, además de la armonía verbal, una melodía ideal. La música es solo la idea, muchas veces”

Ejemplo de versos libres en cuanto el ritmo ideal es el poema “te vas adelgazando palabra”.


“Te vas adelgazando palabra.

Casi inasible.

Antes venías a mí

0bediente y sumisa,

Tal vez

porque te veía demasiado.

Me diste seda y música

para vestir mi impulso.

Y fuiste el lazarillo

que llevó mi ilusión

al agua de la imagen.

Hoy que no tengo nada que prender

al fleco de tu júbilo,

qué bien haces palabra,

hasta el silencio.

en irte adelgazando hasta el silencio.  “

(Julio Casal)


 Otro ejemplo de verso libre atendiendo al ritmo es el siguiente:

Memorias de presidio


“¿Veis los esclavos? Como cuerpos muertos

Atados en racimos a vuestra espalda

Irán vida tras vida y con las frentes

Pálidas y angustiosas la sombría…

Agua en movimiento

Vida que demora a la muerte.

Designio extraño del que medita”

 Al influjo de la gota despeñada. (Miguel Hernández)


Verso blanco de once sílabas de Miguel Hernández en el cual podemos apreciar que carece de rima.  Es notorio el ritmo yámbico que le imprime un sentido de movimiento que solo lo suspende en el cuarto verso, en la palabra dolorosa lo cual se justifica porque pasa de un tren que avanza con un desangrado a un silencio del tren de los sufrimientos realiza un cambio de ritmo en la palabra “doloroso”. Si agudizamos nuestra observación vemos que en realidad hace uso de dos pies métricos troqueos seguidos: dolo – roso.  Estos pies métricos los podemos resumir en un pie cuaternario grave. Ingeniosa maestría de versificación en un poema de versos blancos que conservan la medida pero que adolecen de rima. Todos los versos los comienza con mayúsculas. Esta forma que es muy usada en los versos libres se llama “Esticomitia” y es un procedimiento métrico en que cada verso es una frase. No se considera erróneo porque es una costumbre que se ha hecho regla. Su origen se remonta a la poesía clásica que distribuía las frases de las estrofas de tal manera que cada una se correspondía con un verso. Esto le daba autonomía sintáctica a cada uno. Debía coincidir con la pausa versal del género. En el teatro fue muy común su uso cuando dos personajes hablaban verso a verso. En poesía este fenómeno métrico correspondía exactamente a un verso. No es errado esta forma de encabezar los versos con mayúscula, pero es conveniente no hacerlo porque dan la impresión de que están expresados a gritos. También debemos considerar que antiguamente todos los versos comenzaban con mayúscula y caemos en un error al querer escribir un verso libre volviendo a prácticas del pasado. Más bien lo estamos recluyendo en una forma pretérita remota.

La siguiente estrofa del poema “Tren de los heridos” de   Miguel Hernández es un ejemplo de verso libre blanco.

Verso blanco de once sílabas de Miguel Hernández en el cual podemos apreciar que no es rimado, pero es notorio el ritmo yámbico que le imprime un sentido de movimiento que solo lo suspende en el cuarto verso, en la palabra dolorosa lo cual se justifica porque pasa de un tren que avanza y un desangrado a un silencio del tren de los sufrimientos tiene que realizar un cambio de ritmo en la palabra doloroso. Que si agudizamos nuestra observación lo que en realidad hace uso es de dos pies métricos troqueos seguidos: dolo – roso.  Estos pies métricos los podemos resumir en un pie cuaternario grave. Ingeniosa maestría de versificación del poeta


“El tren lluvioso de la sangre suelta

el frágil tren de los que se desangran

el silencioso, el doloroso, el pálido

el tren callado de los sufrimientos.”

(Miguel Hernández)


Esto nos hace pensar en la importancia del ritmo en el verso ya sea medido, blanco o libre. Lo importante es que cualquiera de ellos exprese la idea poética. Principalmente en el verso libre en donde se dan frecuentemente abstracciones de difícil manejo por la complejidad de no desviarse de las idas principales del tema y que pueden derivar a vacíos que solamente podemos denominarlos disparates. El verso libre tiene muchas complicaciones. Exige que el poeta tenga conocimientos de la teoría literaria. Sepa lo que es el fondo en un poema para discernir lo que es bueno para su composición. Sus objetivos y subobjetivos reales o ideales. Debe Centrarlos en lo maravilloso de la naturaleza, en los actos históricos, en las pasiones humanas del poeta y en todo aquello que toque la sensibilidad sin salirse de lo lógico. Lo novedoso de la originalidad es recomendable que conserve la armonía del ritmo para que conserve y satisfagan las necesidades espirituales del hombre. El verso libre debe espiritualizar todas las manifestaciones materiales de la vivencia poética. Debe revestir de conceptos espirituales sus abstracciones para que sus imágenes sean reales expresiones de belleza.


El plan de su obra debe atender su forma interna, la cual, es la distribución artística y los enlaces de los elementos que integran su composición. Debe tener idea a desarrollar en unidad, variedad y armonía. Cada uno de los elementos deben ser subordinados al pensamiento generador. para que resplandezca la verdad poética que subyace en el verso. Su libertad ha de ser expresión única, aunque surjan variaciones. Sobre todo, ha de ser armónica para cumplir con el ideal del arte. Su espontaneidad será concebida y ejecutada sin esfuerzo. Ajena al rigorismo de la prosa para no restar belleza Debe manifestar libertad de la imaginación y no restringir la fantasía. Hay que distinguir el verso libre en su expresión poética diferente de la prosa. Exaltar su categoría estética, revestirla de sugestión y elegancia para otorgarle su estilo. Sus formas deben de ser armoniosas y sugestiva para que enriquezcan las ideas y sublimicen los sentimientos en los poemas líricos. En el verso libre es indispensable la forma sensible principalmente en el uso de la metáfora la cual es más sensitiva en el verso que en la prosa. Después de esta larga enumeración que debe acompañar al verso libre podemos concluir que ser poeta no es escribir cualquier cosa y llamarle poesía por inscribir Copyright derechos reservado.


Seguidamente debemos realiza reflexiones profundamente sobre el verso y la prosa.

El ritmo es determinante para distinguir lo que es una prosa y un verso. Prosa viene del latín “Prorsus” cuyo significado es recto. Y que fue usado en el sentido que va hacia adelante. Contrapuesto es el significado de verso, derivado de “a versa” que tiene el significado de ir hacia atrás o sea a la inversa. Etimológicamente se quiso manifestar que la prosa se escribe por tener menos trasposiciones derechamente a lo largo del papel es decir recoge la idea principal de su definición va hacia adelante sin tener que volver al final de cada línea, pie o metro como debe hacerse en el verso. Retóricamente podemos realizar una distinción: El verso tiene un ritmo regresivo o periódico. Posee porciones iguales y duración fija. En la prosa predomina el ritmo progresivo fluido y continuado. Sus cláusulas no tienen repetición de igualdad. Carecen de pausas y de acentos fijos. Es este punto en que fácilmente se puede confundir la prosa con un pretendido verso libre si no conferimos al verso libre el valor especial del ritmo interior. Ilustres teóricos han teorizado en este aspecto y personalmente estamos más de acuerdo con Enrique Ureña que sostiene que no existe una separación absoluta entre la prosa y el verso y que entre sus expresiones existen grados intermedios. Estamos de acuerdo porque aceptamos que debe de existir alguna relación en mayor o menor medida que en conclusión podemos resumir que en el verso libre podemos prescindir de la rima, o de la medida, pero no del ritmo.


La prosa es el hablar común y llano el cual no es nada poético. Es lo banal y cotidiano ajeno a la espiritualidad en algunos casos. Sin embargo, debemos de aceptar que la prosa es susceptible de contener belleza poética. La poesía tiene un singular origen y destino que sobrevive. La prosa al ser comprendida se esfuma en el espíritu del lector cuando otras palabras realizan una sustitución mental. El poema es poesía si rige y sobrevive y si ponemos un poema en prosa es violentar la esencia del arte. La versificación es lo más apropiado para la poesía.


El verso se construye con combinaciones silábicas de palabras que integran una frase o una cadencia. Más no es una simple combinación de sonidos gratos al oído deben ser expresiones que marquen el ritmo con signos que contengan ideas. El verso debe perdurar o renacer de él mismo como decía Paul Valery. Al hablar del verso libre debemos conceptualizar la magia de la palabra que posee sonidos celestes implícitos para provocar sinfonías de sentimientos. Equivocadamente algunos creen que todo se puede hacer pasar como poema agrupando palabras que atropellen el ritmo el cual es la instancia celeste que recubre y define la poesía. El poema no es algo arbitrario que se manipule a voluntad. En verdad debe contener, aunque se mínimos elementos exigidos por las escuelas literarias es decir algún rasgo que lo acerque a la verdad poética. Es muy peligroso interpretar el sentido de libertad con libertinaje. No se puede escribir en un vacío que adolezca de las elementales directrices de la creación poética. El romper normas nos puede llevar simplemente al desorden. La libertad de pensamiento del poeta no puede llevar al anarquismo de su versificación.


Gustavo Adolfo Bécquer fue uno de los primeros poetas españoles que escribieron verso libre no proclamó el anarquismo del verso. Creía en una libertad del verso supeditada a principios literarios que hicieran posible la buena poesía. Uno de los elementos que él cultivo con mucho cuidado y esmero fue el ritmo del cual basó siempre su poesía respetando el concepto esencial de que la poesía es aspiración melódica y vaga que agita al espíritu con el deseo de una perfección imposible.

El verso libre no debe ser proclamación de la ignorancia o de la indolencia. No por ignorar elementos tradicionales se escribe buena poesía. En obras escritas en versos libres abunda lo prosaico con fondo vacuo de ingenio literario. El verso libre puede caer en un libertinaje personal que puede hacer fracasar la inspiración del poeta si no va revestida de ritmo y cadencia que lo eleven de una equivocada prosa.

Es esencial que el ritmo conduzca el sentido musical del vocablo para agudizar y compensar el sentido estético de la concordancia.  No por poner una palabra bonita dentro de una metáfora sorpresiva que no se adecua al sentido del poema se escribe buena poesía. El sentido estético es fiel a la concordancia que exige conservar el sentido poético semántico de lo que se habla. La metáfora es un elemento valioso en la poesía asociando elementos y similitudes que comparten para realizar una comunicación sensible que puede ser simbólica expresando nuevos significados. La metáfora embellece, pero hay que tener mucho cuidado de que se ajuste al sentido semántico del poema. Debe evitarse lo que realizan algunos inocentes que copian metáforas de connotados poetas y no las ajustan adecuadamente a sus versos por lo cual llegan a tristes resultados con sus falsificaciones y hurto literario. Es lamentable ver la frecuencia de estos casos en poetas que escriben versos libres con gesto de vanidad y desconocimiento escriben al final de su fallida obra un Copyright derechos reservados.

Siguiendo con el verso libre diremos que la musicalidad de la palabra es esencial y está sobre cualquier intervención libertaria que se realice. Se puede eliminar muchos elementos de un verso, pero no se puede prescindir del ritmo. Debe de tener, aunque sea una cadencia personal. Lo bello tiene relación con un orden armónico estético o de ingenio. El verso libre debe contener la eterna sublimidad de la poesía, la cual, con artificios o sin ellos debe de ser inconfundibles. El verso libre presenta muchas veces dificultad de comprensión y sus destellos de ingenio por la carencia de patrones rítmicos se convierten lamentablemente en prosa.


Llegar a la cumbre poética es difícil y por esa dificultad no se puede ir por vías ajustadas a libertades equivocadas escribiendo lo que se venga en ganas simplemente por abanderar libertades que en la realidad son disparates. Se escribe verso para compartir sentimientos y comprensión. No es manifestación ingeniosa hundirse en la nada. Hay que expresar valores y constituir mensajes sublimes que deleiten a la razón. El ritmo es esencial en la poesía desde que se escribía en el mundo grecolatino y lo conseguían contando sílabas para realizar pies métricos que luego combinaban con patrones.

El verso libre carece de isometría longitudinal y ritmo armonioso determinado por los acentos que son los forjadores de la poesía métrica. Algunas veces posee un ritmo intrínseco al que se le denomina “cuasi métrico”. Si a ese ritmo no lo podemos reconocer nos auxiliamos de las imágenes poéticas, líricas o dramáticas que determinen su sentido o intensidad concretando un criterio definitorio de su esencia. Indudablemente es indispensable que tenga un relativo acercamiento al lirismo en el cual las imágenes poéticas y los recursos literarios poseen una intensidad superior a otros géneros literarios como son sátira, épico, popular etc. Algo básico es el ritmo para diferenciarse de la prosa. El ritmo debe expresarse en estructuras expresas o subyacentes. En realidad, solamente una minoría de versos que se escriben carecen de ritmo. En el ritmo cuasi métrico se realiza efectuando maliciosamente el corte del verso a voluntad para dar la apariencia de un verso libre por su longitud. Una vez leído con intencionalidad resulta un verso que conserva una magnitud métrica determinada en cuanto al número de sílabas. No se hacen versos distribuyendo en líneas lo escrito. Debe prevalecer el ritmo para no caer en la prosa. El ritmo debe de armonizar con el pensamiento y la inspiración. La libertad del verso se refiere a darle calidad poética sin rebasar las fronteras que nos separan del libertinaje.


La libertad del verso debe respetar la esencia poética. Su interpretación de libertad no es al arbitrio en cuanto al ritmo y al sentido. Acertadamente nos decía Antonio Machado intentando dar respuesta a la crisis epistémica existencial que intenta la superación de formalismos:


“Verso libre, verso libre

Líbrate mejor, del verso

Cuando te esclavice.”

 

La libertad debe tener una estructura para que contenga la esencia poética sin restar o disminuir el mensaje poético de la obra. Es importante lo que afirma Gabriel Ferrater: “El verso libre deja de existir en el momento en que se hace verso”. Su ingeniosa afirmación la realiza para llevar al verso libre al ritmo y lo razona diciendo: “Versos viene del latín versus que implica una cierta repetición que distingue al ritmo métrico”. Otro destacado crítico literario José Domínguez Caparrós coincide con él diciendo: “El verso libre se basa en repeticiones fónicas, sintácticas y semánticas”. Kurt Spang afirma: “El verso libre es una burla de todos los intentos de preceptiva, lo cual hace más remota una definición satisfactoria”. Como podemos deducir que las concepciones y definiciones del verso libre son ambiguas y negativas en cuanto a lo definitorio del verso libre. El Poeta español Juan Ramón Jiménez destacado cultivador del verso libre nos dice: El verso libre exige más arquitectura interna y externa que el regular y que además no tolera los ripios. Esta opinión nos lleva a pensar que este verso no es escribirlo por escribirlo, que tiene sus reglas que lo alejan de la concepción equivocada de que su libertad es libertinaje. Esta concepción la afirma Jorge Luis Borge al decir: “Creí en mi juventud que el verso libre era más fácil que el regular en mi madurez creo que es más arduo”. Walt Whitman es considerado el creador del verso libre en occidente que fundamentó el paralelismo de la métrica bíblica la cual está basada en versículos; Los cuales son versos semíticos de ritmo binario basados en el significado y no en la forma fónica:


“Creo que una hoja de hierba no es menos

que el día de trabajo de las estrellas

y que una hormiga es perfecta.”


El poeta y crítico literario español Luis Cernuda refiriéndose a versículo nos dice: que es un verso extenso fundamentado en paralelismo métrico de la biblia. Son versos extensos fundamentados en repeticiones sintácticas y no en ritmos fónicos”. Cernuda afirma: “En las últimas décadas del siglo XX la tendencia de la versificación se estaba volviendo a la métrica”. Frecuentemente se confunde el verso libre con denominada silva la cual se escribe en un número indeterminado de endecasílabos y heptasílabos combinados y asonantados al albedrío. Admite algunos versos blancos o libres. Distribuidos uniformemente se llaman silva perfecta si es irregular se llama imperfecta. Muchos confunden que “Siento que el barco mío… de Juan ramón Jiménez sea un ejemplo de verso libre. Esteban Torre afirma que se trata de una silva Blanca.


“Siento que el barco mío

Ha tropezado, allá en el fondo

Con algo grande

¡y nada

Sucede ¡nada…Quietud …olas…

¿Nada sucede o es que ha sucedido todo

 ¿y estamos ya tranquilos, en lo nuevo?”

 

Para algunos renunciar a las leyes secuenciales métricas es una pretensión que los lleva al alcance de un ideal considerado realidad pura libertaria sin antecedente literario. Más cuidado porque puede ser que al verso que han llegado esté totalmente saturado de ritmos aparentemente inconexos que, aunque ellos sean incapaces de escucharlos están integrados en las leyes del universo que modula la eternidad. El verso libre exige un esfuerzo de inteligencia para cumplir patrones psicológicos que definan su conceptualización ante la razón. Un elemento esencial es que se debe estructurar lo cual algunos llaman arquitectura Y debe representar su realidad sin regla poética pero que en el fondo estará formada por la inteligencia y el gusto. Esto hará posible su comprensión y objetividad, abordando los afectos para su interpretación. El conocimiento exhaustivo de las reglas del verso ayuda a lograr lo que puede llamarse versificación libre y que para ser verso debe tener sentido revestido de inteligencia o al menos tener una pizca de picardía. En el habla del pueblo, tan rico en metáforas que agudizan su ingenio encontramos multitud de expresiones poéticas sencillas pero ricas en perspicacia:


“Adiós cantarito de arroz

sí me das

un pedito

me voy con vos.  (Anónimo)”


Aparentemente son versos libres, pero podemos apreciar que, aunque los versos son de diferentes medidas encierran un sentido rítmico asonantado modificado por la vocal o. La A inicial cierra la primera aseveración resaltando el ritmo vocálico de la a. La segunda aseveración transcurre en un ritmo asonantado en el que predomina la vocal o que determina un ritmo típico. Sencillo que busca novedad, pero conservando las normas del verso no en forma totalmente libre, para no caer en el disparate. Dispone sí de ciertas licencias en la cual se recogen vestigios libertarios revestidos de inspiración. Percibimos una modulación fluida que determina un ritmo interior modificado por las vocales. Es importante la función desempeñada por las consonantes s y z en su asonancia rítmica. Si analizamos con más sentido crítico podemos observar las siguientes estructuras:


A dios/ cantarito/ dearroz/


Se trata de un verso yámbico en el que el pie cuaternario grave va entre dos pies yámbico. En un segundo verso:


sí me/ das

Apreciamos un ritmo claramente troqueo inconcluso.


 En el tercer verso:

un pedito


Es claramente dos pies métricos troqueos


En el cuarto verso vuelve al ritmo cuaternario grave con el cual comenzó

me voy/ con vos.


Vuelve al ritmo yámbico conque inicia la estrofa entre dos pies métricos yámbicos:

Can/ta/ri/to/ de a/rroz.

Y lo termina con un pie métrico troqueo.

Como podemos apreciar todo verso generalmente va ligado a un principio normativo del verso, por eso hace muy difícil escribir verso sin reglas. En las expresiones orales tradicionales realizadas sin ninguna pretensión literaria podemos apreciar versificaciones espontaneas inclinadas a una versificación libre:


Sana sanita

culito de rana

tiráte un pedito

                          para hoy y mañana.   (anónimo)

 

Los versos en cuanto a su longitud no son isométricos. El primero comienza con un troqueo seguido por un ritmo ternario grave. El segundo enlaza con otros dos ritmos ternarios grave. En el tercer verso realiza una sinalefa: ti/rá/teun/pe/di/to para mantener el ritmo troqueo. En el cuarto verso:

Pa/ ra/ hoy/

 y ma/ñana.

 

Continua la versificación en un ritmo predominante troqueo. También podemos apreciar las matizaciones vocálicas que se realizan en la cadencia rítmica. Esto nos hace concluir que el ritmo es imprescindible en la versificación y que este puede ser casi imperceptible pero que debe existir en la conceptualización poética del sentido lógico en caso adolezca de los elementos básicos del ritmo. Indudablemente el poeta decide los elementos de su versificación si quiere plasmar poesía digna de las corrientes literarias. Escribir poesía en versos libres no es escribir a lo que salga, debe estar regida a un ritmo o a una lógica. Podemos observar que el ritmo interior en ocasiones podemos modificarlo intencionalmente acentuando la palabra de forma diferente para que se integre a la comprensión al unir idea y sentimiento. Al escribir pretendiendo libertad subjetiva de verso libre, no debe descuidarse el sentido semántico del verso. Su núcleo debe identificar la idea que ha de prevalecer a lo largo del poema o al menos hacerse sentir psicológicamente.  Es necesario conservar la idea a lo largo de los versos, aunque en algunas ocasiones se realicen matizaciones con metáforas u otras figuras de versificación. En los versos largos debe mantenerse el sentido. Conveniente que los versos cortos sean considerados núcleos para alcanzar la esencia poética en plenitud de idea. Conservando las cadencias naturales del ritmo no se pierde el sentido del verso. Es difícil quitar el ritmo interior y que siga prevaleciendo la esencia del verso. Las regularidades silábicas nos deben conducir a preservar la lógica al escribir versos libres.

El ritmo debe atender a nuevas significaciones y resolverlas en su lógica integral. La longitud verbal debe conservar el sentido de los sintagmas versificados en las cadencias isosilábicas.


“! Abémar, Abémar

moro de la morería

el día que tu naciste

grandes señales había!

Estaba la mar en calma

la luna estaba crecida

moro que en tal signo nace

no debe decir mentira.”


La longitud verbal en el verso libre debe cuidar el sentido como lo hace acertadamente el poeta Rafael Alberti en la siguiente estrofa de su nocturno “deja ese sueño”:


“Deja ese sueño.

Envuélvete

Desnuda y blanca, en tu sabana.

Te esperan en el jardín

Tras las tapias

Tus padres mueren dormidos.

Deja ese sueño.”

(Rafael Alberti)


Observemos como los verbos “deja” y “envuélvete” rigen psicológicamente a lo largo de la estrofa, aunque los versos no son isosilábicos. Es muy importante la conservación de la idea en los versos largos para enlazar el sentido del siguiente y así lograr la integridad del sentido. El enlace, aunque sea casi imperceptible debe conservar la gravidez de la inspiración contenida en la ordenación silábica, aunque parezca sin molde están recogidas en específicas regularidades. El verso libre en realidad no es tan fácil como creen mucho que por desconocer las reglas escriben con la justificación de que son innecesarias en el verso libre. Con la justificación de no aprisionar al verso, escriben a lo que salga, como si todo valiera. Es un peligro saltarse lo que se desconoce porque puede caerse en algo espantoso como es el disparate. Pueden llegar a un vacío incoherente de parámetros longitudinales carente de ritmo y armonía. Es peligroso entrar en la prosa.  Conviene conocer los diferentes versos existentes para tener conciencia de que verso escribimos.

Verso de clausula libre: Se escriben en pies métricos los cuales otorgan un ritmo acentual:


¡Ya viene el cortejo!

¡ya bien el cortejo! Ya se oyen los claros clarines

La espada se anuncia con vivos reflejos;

Ya viene, oro y hierro el cortejo de los paladines.

 

Verso métrico libre o versos polimétricos: Pueden unir sus hemistiquios y al final de cada verso tendremos un múltiplo silábico del hemistiquio.


“Sabemos adonde vamos y de dónde venimos. Entre dos oscuridades un relámpago

y allí en la súbita iluminación, un gesto, un único gesto

una mueca más bien, iluminada por una luz de estertor”.

                                                                                          (Vicente Alexandre)


Vicente Huidobro el poeta chileno vanguardista y creacionista nos presenta sus versos largos empezados con mayúscula una nueva forma narrativa en su poema “Altazor” señalándonos metáforas y onomatopeyas para hablar de su existencia y de su caída. En este poema el poeta hace uso de del procedimiento métrico llamado “Esticomanía” (uso de mayúsculas al inicio de cada verso) del cual ya hemos dicho que cada verso debe tener un sentido definido.


“Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor.     Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata.     Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche.     Amo la noche, sombrero de todos los días.     La noche, la noche del día, del día al día siguiente.     Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos.     Una tarde, cogí mi paracaídas y dije: «Entre una estrella y dos golondrinas.» He aquí la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae.     Mi madre bordaba lágrimas desiertas en los primeros arcoiris.     Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte”.

                                                                                                            (Vicente Huidobro)


Un ejemplo de verso métrico libre polimétrico en el cual si sumamos sus hemistiquios tendremos al fina un múltiplo de uno de ellos.

 

Sabemos adónde vamos y de donde venimos. Entre dos oscuridades

y allí en la súbita iluminación, un gesto, un único gesto

una mueca más bien, iluminada por una luz de estertor.

                                                                                                            (Vicente Alexandre).

Verso libre tradicional no tiene rima. Sus versos son de diferente medida y su acentuación es libre.


“La ciudad

Debajo de las luces y las ropas colgadas

El jugador aéreo

Desnudo Frágil

La noche en el fondo del océano

Tierra alargada

La muerte ciega.”

                                                            (Adriano del Valle)


Verso rimado libre: no tienen ritmo y son rimados. Algunos poetas lo consideran verso libre. Se empiezan a usar en el siglo XX y son poco usados en la actualidad. Corren el riesgo de usar una rima ripiosa.

Verso libre de base tradicional: Nos trae el recuerdo de la estructura del verso métrico si atendemos a su ritmo, aunque carece de metro y acento. En realidad, es un verso entre métrico y cuasi métrico. Su consideración depende de la subjetividad del que lo juzgue. El verso libre de base tradicional puede subdividirse en:


A) Silva libre.

B) Verso fluctuante libre.

C) Verso estrófico libre.

D) Canción libre.”


Silva libre es de variados metros (en cuanto a su longitud) y carece de rima.

Verso fluctuante libre: Típico en los inicios de la poesía castellana. Interrumpe la longitud regular de los versos. Ejemplo el cantar del Mio Cid. En ellos podemos distinguir períodos de ritmo interno que constituyen el núcleo. Se debe descartar las sílabas átonas anteriores y posteriores del verso. Cuando tienen la misma estructura proporcionan armonía a la versificación. Pueden tener rima con característica romance lo cual permite ser considerados cuasi métricos.

Verso estrófico libre: Mantienen estructuras estróficas iguales siguiendo las directrices de verso libre.

Canción libre: Son versos cortos y muy comúnes en composiciones folklóricas. Su rima es asonante y románticas. Si sus ritmos son similares serán cuasimétricos.

En un verso de ocho sílabas

¿qué no cabrá – 

¿Cabe el mar?   

Para cantar  

Me basta una

Por dentro del mar 

Sí es una y tan solo en ella 

cabe el mar? 

(Rafael Alberti)


El verso libre es una interesante senda de la lira hispánica que debe realizarse con responsabilidad literaria. Ha de hacerse con el debido estudio de la poética para no escribir al libre albedrío sin respetar la adecuación del sentido de la metáfora dando la impresión de haber sido tomada de otro poema por su valor estético pero que no satisface el sentido en que se introduce y más bien crea incongruencia. El verso libre es muy acertado en la sátira y sobre todo en la sencillez que muchos confunden con la espontaneidad y en este sentido es fácil caer en simpleza o en falta de sentido. Debe prevalecer la sujeción semántica lógica que otorga el conocimiento. Han de convivir las pretéritas formas y  nuevas para no crear crisis culturales y más bien construir un adecuado marco para plasmar el verso libre.

Para evitar el vacío literario se debe tener en cuenta el conocimiento de la poética tradicional que permita avanzar en la escritura del verso libre. Es importante la ordenación del universo literario para superar cualquier desarmonía social que se deduzcan de los valores a los cuales se desea llegar. Hay que superar las contradicciones que puedan surgir entre la tradición y la novedad, en los círculos sociales al que pertenece el poeta. Es conveniente ser cuidadoso de los tópicos sociales y morales.

En la historia literaria lo nuevo siempre ha estado presente. Ha sido un espíritu inquietante siempre presente. Lo vimos en el barroco español con Quevedo cantándonos su “Canción del oro”. La novedad literaria se refleja en el funcionamiento del poeta en su sociedad. En diferentes ocasiones ante el enfrentamiento de versificaciones pretéritas y nuevas los poetas han recurrido a la paradoja. Esta figura es muy frecuente en la poesía moderna de verso libre pero no debemos olvidar que fue usada en la versificación de antaño con mucho éxito señalando dualidades opositivas. 

Góngora nos dice:


“Por el alma de tu madre

que murió siendo inmortal” 

(Góngora)

Quevedo. Hace uso de la paradoja:

“Vivo en conversación con los difuntos

Y escucho con los ojos de los muertos.”


Sor Juana Inés de la Cruz también hizo uso de la paradoja:


“Dices que yo te olvido, Celio, y mientes

En decir que me acuerdo de olvidarte,

Pues no hay en mi memoria alguna parte

en que, aun como olvido, te presentas.”

 

La paradoja es la figura literaria que entra en contradicción con la idea básica de lo que consideramos verdadero. Realiza un enfrentamiento entre la concepción lógica y una realidad aparente que encierra una contradicción. En la poesía actual del verso libre es muy frecuente y lamentablemente no está escrita con el ingenio que muchas veces está ligado con la sátira. Quizás sea frecuente hoy día porque lo paradoja es una figura proclive a lo amoroso y porque en los poetas nobeles que tienen una visión personal de la poesía al escribir siempre de su yo; caen en su experiencia afectiva y escriben la poesía de amor que hace que muchos se crean poetas.

 

Por esta razón creemos oportuno hablar de las diferentes paradojas que existen para que tengamos el cuidado de escribirlas acertadamente. También debemos considerar oportuno que repitamos algunos conceptos para determinar los elementos esenciales del verso libre.


1)      Paradoja verídica: es expresada en el verso con un sentido de absurdidad o contradicción.

2)      Paradojas de antinomias: Tienen contradicción con las premisas de la cual provienen. Aunque sus métodos deductivos son válidos.

3)      Antinomia de definición: Método de pensamiento ilustrativo respecto a un sentido clave. Es la paradoja más empleada.

4)      Paradojas condicionales: Su carácter se vuelve más paradójico a medida que se intenta resolver. Esto se da por no tener suficiente información o sencillamente porque es imposible resolver.


La paradoja nos conduce a un conflicto que cuando deseamos comprender se nos oscurece el sentido de su realidad. Ejemplo de enfrentamiento de la lógica con la realidad podemos observar en las siguientes paradojas:

“Mira al ávaro en su riqueza pobre”

Serán cenizas, más tendrá sentido

Polvo serán, más polvo enamorado.

(Francisco Quevedo)

“Ser y no ser eternos fugitivos”.   Blas Otero.

 

En la modernidad surgen cambios de valores artísticos. Surgen nuevas fórmulas de versificación que aspiran dejar atrás la tradición. En este sentido debemos tener en cuenta que todo progreso enriquece si no caemos en una pobre regresión. La paradoja se ha admirado desde la Edad Media por su rica claridad semántica y por su carácter progresivo integrados en los esquemas propios de la versificación. Estos elementos lo aceptan algunos poetas más otros los rechazan. Otros los incluyen parcialmente entre versos regulares o estructuralmente métricos. Esta versificación debe de ser juzgada por el crítico en su análisis sobre las estructuras, elementos y procesos con que se ha construido el verso.  Primero deberá ir a los elementos que desde siempre han constituido al verso libre, el predominio acústico del ritmo que nos ayuda a seleccionar los elementos que hacen posible el juicio teórico. Segundo atender la visión histórica cultural que nos ubique en las particularidades propias que constituyan al verso. Para poder discernir la ruptura de los elementos estéticos y poéticos de la época.

Es necesaria una seria reflexión sobre su práctica en los movimientos literarios que en determinados momentos consienten las vanguardias. Así encontraremos los procedimientos y elementos de la escritura de un verso ajeno a la práctica original o al uso en el momento.


El verso libre se fundamenta en la libertad literaria pero no debe o no es conveniente un rechazo brusco del sentido ineludible del ritmo. Esto será permitido si la genialidad del poeta lo justifica con alguna novedad y eso está por verse cuando lo escriba. En los versos libres es frecuente observar las repeticiones como elementos útiles en la conservación del ritmo. Son determinantes sus intervalos fónicos para lograr la calidad rítmica. Hay dos elementos que no debemos de olvidar en cuanto el ritmo: el pie métrico y la acentuación.  Aunque nos parezca extraño están presente en la articulación semántica, aunque a simple vista sean imperceptibles. Si no atendemos a la métrica el verso se extiende y pone en duda la coincidencia lógica de la versificación originando así un ritmo confuso. Las características fonéticas del lenguaje están basadas en la acentuación, en la cual se fundamenta la musicalidad de donde fluyen los contenidos semánticos con ingenio y belleza sin dejar de cumplir reglas de ritmo y de metro dentro de la coincidencia sintáctica.



Existen versos en cada una de las lenguas en uso y cada uno tendrá sus particularidades de la época en que se escriban. El verso castellano generalmente se conforma en sucesión grupal métrica de cuatro o cinco sílabas. Cada grupo tiene un acento principal y por su extensión uno secundario con la particularidad de conservar sus límites. El grupo métrico conserva cuatro o cinco sílabas en agrupaciones de una a tres palabras. Esto nos ayuda a entender los elementos de un verso libre y también las transformaciones a que se somete. Se distingue del verso medido por sus líneas conductoras que exponen su sentir expresivo en un  ritmo intencional creado por el poeta y contenido en estructuras que encierran su carácter. Lo importante es el carácter fónico identificado con la esencia poética del verso. El ritmo fónico puede ser de mayor o menor intensidad. El verso libre lo tendrá en menor medida que el tradicional. Algunas texturas no relevantes se enfocan a la repetición.

El verso libre presenta muchas complicaciones. Se puede considerar una versificación especial que carece de algunas normas del verso. Hay quienes lo ubican entre el verso silabo tónico y uno basado en un solo pie, o en varios. Estos pueden ser cuaternarios graves o llamados troqueos por su acentuación.

Cuando tienen un número de sílabas variables se les llama versos sin medidas y suelen frecuentemente ser unidos en dísticos rimados muy parecidos a los versos del Mio Cid, con rima diferente, pero con un carácter silábico igual.

El verso relajado es absolutamente libre en sus líneas, pero unido en estrofas y rimado. El verso libre aspira libertad, pero en realidad está basado en el versométrico regular que subrepticiamente está contenido en el ritmo. Esto restringe sutilmente la pretendida libertad el verso libre.

Hay quienes le otorgan autonomía confiriéndosela dentro de un sistema prosódico. Esta ponencia la sostiene el checo hispanista Oldrich Berlic.

Ibrahim Plechac nos ilustra sobre los pasos intermedios entre el verso silabo tónico y el verso libre verdadero. Nos ilustra de las sílabas variables que contiene.

Lo importante es definir las estructuras rítmicas lógicas y sintácticas. El verso libre tiene una entonación diferente a la prosa al destacar sus encabalgamientos en el cual podemos apreciar la conjunción con el metro.  Hay que tener en cuenta que la segmentación no es arbitraria como en la prosa que prolonga sus líneas. José Domínguez Caparrós afirma que el verso libre tiene una señal de la expresión poética que nos ayuda a captar el tema. Facilita la captación del tono poético entre el ritmo verbal que va paralelo al pensamiento.

Una figura primordial del verso libre es la repetición. Esta puede ser fónica o ser una estructura de entonación con repeticiones semántica o sintácticas. Estas además de tonal pueden ser de intensidad o de duración. Algunos teóricos las llaman paratáctica y están dirigidas a la comprensión del verso. Las repeticiones pueden ser:


1)      Repetición de palabras:

El corazón y su redoble encendido

El oscuro caballo de la sangre

Caballo ciego caballo desbocado. 

(Octavio Paz)


2)      Jerarquización semántica con segmentación del texto:

Una noche

Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas

(José Asunción Silva.)


3)      Palabras quedan aisladas para destacar la segmentación del texto en versos. Esas palabras aisladas se destacan reduciendo los elementos rítmicos del verso libre que facilita la posibilidad de confundirlo con la prosa. Debemos aclarar el contraste entre verso y prosa subrayando lo fónico versificado con la debida claridad de segmentación que contenga el verso. Debe atender a la claridad de las unidades segmentadas rítmicas. La presión es intensa en la segmentación del verso sobre la lógica sintáctica.  

En el patio un pájaro pío

Como un centavo en su alcancía

 

Un poco de aire su plumaje

Se desvanece en su viraje

 

Tal vez no hay pájaro o ni soy

ese del patio en donde estoy

(Octavio Paz.)


4)      Oposición de palabras: silencio- sombra: Silencio -sombra. Si nos preguntamos ¿por qué en el verso libre algunas veces las palabras quedan solas y otras veces las juntamos? Debemos responder que al reducir elementos rítmicos el verso libre se confunde con la prosa aparentemente, pero debemos de advertir que existe un contraste entre ellos plenamente definido por el acento principal de la cadencia fónica del verso analizado en fragmentos de unidades rítmicas. Así logramos realizar una presión sobre la conceptualización lógica sintáctica. En síntesis, es para distinguir donde recae el ritmo del verso o de la prosa.

Es complicado y difícil definir al verso libre. Teóricos como Ibrahim Plechác nos habla de los pasos intermedios entre el verso silabo tónico y el verso libre verdadero atendiendo a la variedad de sus sílabas. José Domínguez Caparrós nos ilustra de la forma del verso libre en el sentido que ayuda captar el tema siguiendo el ritmo verbal el cual es paralelo al pensamiento.

 

Para facilitar la complicada labor definitoria del verso libre podemos guiarnos por los siguientes pasos en los cuales obtendremos una información muy amplia de lo que es el verso libre.


1)       verso libre de clausula. Debemos tener claro que el verso libre se basa en la repetición y que esta puede constituir una segmentación o clausula fónica o simplemente ser una repetición sintáctica.  Ejemplo:

Pido la paz y la palabra

Escribo

En defensa del reino

Y la palabra he dicho

“silencio”

“sombra y vacío”

etc

Digo

“del hombre y su justicia”

“océano pacífico”

Lo que me dejan

Pido

La paz y la justicia.

(Blas Otero).

 

2)       Verso libre fluctuante de base tradicional: En ellos podemos apreciar que se combinan la versificación tradicional con la libre. Por ejemplo, el poema fluctuante de Pablo Neruda “Como era España” lo empieza con una versificación tradicional de alejandrinos y heptasílabos en las primeras estrofas. Esta combinación métrica posee internamente en el verso de catorce sílabas una sub- combinación de site sílabas las cuales son en cuanto al número silábico constituyen clausulas múltiples de siete. La fluctuación consiste que en estrofas siguientes abandona la métrica y el ritmo se hace entusiastamente presuroso.

“Era España tirante y seca, diurno

Tambor de son opaco

Llanura y nido de águilas, silencio

de azotada intemperie.”

Ejemplo de la fluctuación rítmica en la continuación del poema:

“Y tus campiñas minerales

Extendidas en lunas y en edad

Y devoradas por un dios vacío.”

                                                                  (Pablo Neruda)


 

3) verso libre de imágenes yuxtapuestas: La yuxtaposición puede ser de imagen, de ritmo o de pensamiento como sostiene Isabel paraíso. O puede ser entre lo visual y lo semántico como opina Oquendo de Amat. Francisco López Estrada aporta su opinión basada en la comprensión del poema. Basa sus tesis en que la línea poética debe de ser considerada como unidad lingüística según la intencionalidad del poeta. En este sentido sostiene: 


I.            Es cerrada: Si hay coincidencia sintáctica y métrica.

II.            Fluyente: Si están encabalgadas y forman unidad de sentido.

III.            Fragmentada Si tiene espacios en blanco y sangría para realizar rupturas oracionales.

IV.            Diseminadas: En caligramas y ultraísmos que asocien libremente a los versos.

V.            Escalonadas: Articulación en peldaños provocando lejanía o acercamiento.

VI.            Complementarias: Cuando el verso excede el reglón y los sobrantes se colocan con sangría bajo el anterior.


El filólogo Navarro Tomás Plantea el verso semilibre los cuales tienen medidas desiguales, pero presentan esquemas acentuales tradicionales. En estos aparecen a veces versos con ritmo acentual anormal que pueden se: Semi libre menor con medida entre cuatro o siete sílabas.

Medio: entre siete y nueve sílabas

Mayor: De nueva a catorce sílabas. Estos son frecuentemente rimados.

El verso libre real no tiene rima y sus líneas no se ajustan a patrones de acentos tradicionales. Cuando aparecen distintas medidas de ritmos tradicionales son versos irregulares:

“No aquel que barre cielos sin defensas

Luceros sin cabaña.

Vino el que yo quería

El que yo llamaba”

(Rafael Alberti)

En la poesía modernista hay muchos versos libres en yuxtaposición. Sus líneas son de varias medidas:


 

“No hay poder sino Dios en Dios solo perdura la delicia”

El mar fuerte es su brazo, la luz alegre su sonrisa.

 

Cuando se suprime puntuación o mayúscula se da intensidad a la unidad semántica.

Es importante el aspecto gráfico:

“No os asustéis,

                               Pa

                                        La

                                                    Bre

                                                                Ría”

 

 El verso libre tuvo un resurgir con los poetas modernistas. Rosalía de castro José Martí. Amado Nervo, Juan Ramón Jiménez y Rubén Darío escribieron célebres poemas con estos versos. Jiménez lo hizo con mayor asiduidad escribiendo poemarios enteramente libres.


“Ante la sombra virgen

Siempre yo penetrándote

pero tú siempre virgen

sombra; como aquel día

en que primero vine

llamando a tu secreto,

cargado de afán libre.”

                                                               (Juan Ramón Jiménez)

 

Podemos apreciar que los versos son de diferentes medidas de siete y de ocho sílabas en la estrofa de siete versos. Carece de rima. Realiza un encabalgamiento entre el segundo y el tercer verso recurso muy empleado en la versificación libre que fue la expresión natural de los poetas vanguardistas los cuales no tenían en cuenta las estructuras y formas tradicionales. Entre estos destacan la generación del veintisiete, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rafael Alberti y federico García Lorca.

 

 

“Romance de la luna

La luna vino a la fragua

Con su polisón de nardos.

El niño la mira mira

El niño la está mirando.”

                                                                         (Federico García Lorca)

El poeta hace uso del recurso de la repetición muy frecuente en el verso libre. Conservan los versos igualdad de sílabas (octosílabos) para lograr el ritmo esencial en este tipo de versificación. El poema lo escribe en cuartetos que podríamos llamarles redondillas al ser octosílabos. Aunque carezcan de la rima del primero con el cuarto y el segundo con el tercero


Como lo escribió magistralmente Sor Juana Inés de la Cruz:


“Hombres necios que acusáis

A la mujer sin razón,

Sin ver que sois la ocasión

De lo mismo que culpáis.”


Federico García Lorca en su romance sonámbulo entra más de lleno en el verso libre con un ritmo pleno de romance que lo va modulando con las vocales e y a

“Verde que te quiero verde.

Verde viento. Verde rama.

El barco sobre la mar

y el caballo en la montaña.

Con la sombra en la cintura

ella sueña en la baranda,

verde carne, pelo verde.

Bajo la luna gitana

las cosas le están mirando

y ella no puede mirarla.”


Los octosílabos los dispone en estrofa de doce versos lo cual es un poco inusual, pero conserva rima asonante en los versos pares como exige un romance. Conserva la característica descriptiva del romance presentando a dos personas, ella y él. Luego pasa de la situación inicial a una complicación

 

“Con la sombra en la cintura

Ella sueña en la baranda.”


Y finalmente llega a una resolución:


“Las cosas la están mirando

Ella no puede mirarla.”

 

Este género poético fue muy popular en el siglo XV y Lorca le confiere un estilo novedoso y libre para darle esencia de verso libre. Las repeticiones de la palabra verde unidas a la asonancia en los versos pares le confieren un aire de liberación, lo cual es condición propia del verso libre. Cumple así un principio importante de este tipo de versificación. 

Centrándonos en la comprensión de lo que es el verso libre conviene recurrir a las opiniones de   teóricos como los siguientes. José Domínguez Caparrós afirma: “el verso libre quiere hacer una señal de expresión poética, un icono, es decir, un signo en el que la forma del verso ayuda a captar el tema o el tono poético, en cuanto que hay una relación de parecido. El ritmo verbal es paralelo al pensamiento. Para Henríquez Ureña el verso libre no debe volver a una forma históricamente anticuada sino mirarlo con nuevos ojos sin renovarlo. Considerando estas opiniones podemos ayudarnos a introducirnos en una acertada compresión que nos permita apreciar, comprender y escribir acertadamente un poema de versos libres.

Es una forma de expresión poética que intencionalmente se aleja del ritmo y de la rima y que mantiene la disposición tipográfica del verso. En la lírica hispana renace de las sombras del silencio con vigor después de la estética romántica en que la expresión del arte responde a las necesidades culturales y sociales de la sociedad. La responsabilidad literaria exige estudio literario arte para realizar obras con acierto.

Las creaciones han de ser observadas con mucho cuidado para no caer en una simpleza de sentido. Hay que cuidar las sujeciones semánticas lógicas del conocimiento. Analizar las formas de convivencia pasadas y nuevas y enfrentarlas a la realidad cultural de la época.  Analizar y justificar una nueva expresión del verso que se desea establecer.

Reflexionando sobre este tema con humildad y respeto a otras opiniones afirmamos que se debe evitar caer en un vacío literario desconociendo la poética tradicional ya que su conocimiento es esencial para la búsqueda de nuevas expresiones. Hay que ordenar el universo literario en la desarmonía de la sociedad que generalmente se presenta en cuanto los valores. Hay que tener cuidado en cuanto a las contradicciones entre lo tradicional y lo novedoso que surgen de la sociedad por tópicos morales y sociales. Debemos de tener en cuenta que en las inquietudes literarias lo nuevo es apetecido y suele estar presente. Para comprobar esto basta con recordar del barroco español “La canción del oro” de Don Francisco de Quevedo en el cual lo novedoso de la estructura literaria refleja el funcionamiento del poeta dentro de su sociedad. Ante el enfrentamiento de pasado y presente se originan nuevos retos literarios como puede ser uno de ellos la paradoja. El verso libre desarmoniza lo objetivo y subjetivo de la versificación. La objetividad solamente es entendida si es aceptada en la subjetividad de un orden interno. Al romperse lo establecido en la tradición literaria en cuanto la versificación, surgen irremediablemente los fragmentarismos que afectarán las concepciones universales y personales de los creadores literarios. En la nueva modalidad del verso se rompe el ritmo tradicional y en muchas ocasiones la sintaxis lo cual nos lleva a una difícil comprensión ya que se aleja de la palabra que alcanza la verdad al perder la autoridad.


Los defensores de esta modalidad libertaria argumentan el surgimiento de cambio de valores en el arte que exigen nuevas formas de versificación que estén orientadas al consciente abandono de la tradicional fórmula de versificación. Desconocen que el verso libre es una regresión a una escritura existente desde la antigüedad. Ya está presente en las canciones populares de la Edad Media y que tuvo un resurgimiento en el siglo XIX con los poetas hispanoamericanos como Rubén Darío, Leopoldo Lugones y José Asunción Silva, los cuales buscaban una expresión propia haciendo uso del carácter libre ligado a esquemas que integraban  sus razones y procedimientos.

Este modo de versificar, unos poetas lo han aceptado y otros lo han rechazado. Algunos los incluyen entre los versos estructuralmente métricos. Corresponde al crítico literario juzgarlo para darle su justo valor atendiendo en su análisis crítico elementos y procesos de su construcción.  Debemos atender al ritmo que es quizás el elemento más importante de este tipo de versificación por su predominio acústico y nos permite seleccionar los elementos guiadores para alcanzar un justo juicio teórico del verso libre. También debemos de realizar un enfoque histórico cultural que nos ubique en las particularidades propias que constituyen a estos versos. En la ruptura debemos observar la tradición y los elementos estéticos y poéticos de la época. Es necesario reflexionar sobre su práctica dentro de los movimientos literarios.  Conocer el significado vanguardista que permitan discernir procedimientos y elementos que permitan escribir versos ajenos a la práctica original. Es importante tener en cuenta el postulado fundamental que este tipo de verso tiene. El espíritu de libertad sobre el cual se ha basado para darle su sentido filosófico existencialista propio de la realidad del hombre. En la novedad prevalece ineludiblemente el ritmo como símbolo de la vivencia moviéndose a su destino. Esta se realiza en repeticiones periódicas de intervalos fónicos con significado de cantidad o calidad. Constituirán los pies métricos los primeros y los segundos tendrán orientación al acento melódico que determinará el ritmo.

Si nos apartamos del metro y la sintaxis el verso se prolonga y puede poner en duda su coincidencia lógica con los sintagmas. Por ser una modalidad del lenguaje eleva sus características fonéticas a la musicalidad y transmite contenidos semánticos revestidos de ingenio y belleza, aunque sea eludiendo reglas de ritmo o de metro que atiendan a la coincidencia sintáctica.


Debemos de tener en cuenta que existen versos castellanos, ingleses, franceses y otros y cada uno de ellos tienen sus particularidades propias de su época. El verso castellano se estructura en sucesión de grupos métricos de cuatro o cinco sílabas. Cada grupo tiene un acento principal y por su extensión uno secundario. Esto conformará un pie métrico. En cuanto a su longitud tiene sus límites. Se integrará en cuatro o cinco sílabas agrupadas en una o tres palabras. Esto ayudará a identificar los elementos. Facilitará observar las trasformaciones que en él se realicen al tener claras sus líneas conductoras.

El verso es libre cuando el poeta lo escribe atendiendo su sentir expresivo que otorgue una realidad propia de su ser al ritmo. El verso no puede prescindir del ritmo fónico con mayor o menor intensidad. Los versos libres suelen decantarse por los de menor intensidad. Su estructura no es relevante y presenta frecuentemente repeticiones con interacciones de elementos semánticos, sintácticos y léxicos presentando muchas complicaciones.

Algunas autoridades literarias lo consideran una versificación especial. Otras afirman que solamente carece de algunas normas. También hay quienes lo ubican entre el verso silabo tónico y el libre.


Puede ser libre de un solo pie o libre de varios pies a los cuales podemos nombrar si son de cuatro pie cuaternario grave o troqueo si lo analizamos desde el punto de vista de la acentuación. Cuando tiene un número de sílabas variables se les llama verso sin medida. Estos versos frecuentemente se presentan unidos y se les llama dísticos rimados. Son muy parecidos a los que podemos apreciar en el poema del Mío Cid. Tienen rimas diferentes, pero con carácter silábico igual.

El verso relajado: Es absolutamente libre en sus líneas, pero unido en sus estrofas y está rimado. El verso libre busca libertad, pero ineludiblemente conserva afinidades subjetivas con el verso métrico regular que restringe con mucha sutileza su libertad por lo cual solo en apariencia es verso libre. Hay teóricos como Belic que otorgan al verso libre autonomía confiriendo una poética dentro de un sistema prosódico. En la literatura occidental es muy frecuente encontrarlo en la poesía en estructuras segmentadas rítmicas y en la prosa en segmentaciones lógicas sintácticas. En el verso se conjuga con el metro. En la prosa su entonación es diferente y se destaca por su encabalgamiento. La segmentación no es arbitraria. No es igual en la prosa desecha en líneas que en el verso en el cual corresponde a fines estéticos propios. El teórico literario José Domínguez Caparros afirma que el verso libre es una señal de la expresión poética que ayuda a captar el tema o el tono poético entre el ritmo verbal paralelo al pensamiento.

La repetición en el verso libre puede ser fónica y tener una estructura de entonación de repeticiones sintácticas y semánticas. Estas las podemos observar de las siguientes maneras:


1)      Repetición de palabras.

2)      Jerarquización semántica con segmentación de texto.

3)      palabras aisladas para destacar.

4)      Oposición conceptual de palabras. Silencio, sombras. vacío.

 

En la tercera observación podemos preguntarnos ¿por qué las palabras quedan solas

o juntas? Y podemos afirmar que es para reducir elementos y evitar la confusión con la prosa y contrastarlos. Permite la claridad definida del acento principal en la cadencia fónica del verso expresada en fragmentos de unidades rítmicas para lograr presión sobre la conceptualización lógica sintáctica síntesis en donde recae el ritmo del verso o de la prosa.


1)      Verso libre de clausula.

2)      Verso libre fluctuante de base tradicional.

3)      Verso libre de imágenes yuxtapuestas.

4)      Verso libre métrico libre.

5)      Verso libre procedente de la silva.

6)      Verso libre retórico.

7)      Verso libre retórico mayor.

8)      Verso libre retórico menor.

9)      Verso libre rimado.


Es importante tener presente la clasificación de los versos libres por lo cual insistimos en darlos a continuación; más esta vez agregamos las matizaciones según las escuelas literarias que pueden llevar cada uno de los versos enumerados en la lista. Y estos son: Estructuralista, semióticos, formalista, idealista, Estilística, estética, Pragmática, Crítica y feminista. Es decir, cada uno de los tipos de versos de la lista pueden ser considerados con el agregado de las denominaciones que señalen las escuelas literarias. Por ejemplo, al verso libre de cláusula se le puede denominar estructuralista, semiótico, formalista, idealista etc. Según la característica literaria que posea. Todos los otros versos de la lista pueden ser tratados de la misma manera.

El filólogo Navarro Tomás plantea el verso semilibre el cual tiene medidas diferentes pero que presenta esquemas acentuales tradicionales.

En estos aparecen a veces versos con ritmo acentual anormal que pueden ser semi libre menor con medida entre:


1)      cuatro y siete sílabas

2)      medio entre siete y nueve sílabas.

3)      Mayor entre nueve y catorce sílabas.

 

Estos versos frecuentemente son rimados. El verso libre real no tiene rima y sus líneas no se ajustan a patrones de acentos tradicionales. Si aparecen diferentes medidas de ritmo tradicionales son versos irregulares.

“no aquel que barre cielos sin defensas,

Luceros sin cabañas,

(Rafael Alberti.)

 

Versos libres

El ángel bueno

Vino el que yo quería

el que yo llamaba.

No aquel que barre cielos sin defensas.

luceros sin cabañas,

lunas sin patria,

nieves.

Nieves de esas caídas de una mano,

un nombre,

un sueño,

una frente.

No aquel que a sus cabellos

ató la muerte.

El que yo quería.

Sin arañar los aires,

sin herir hojas ni mover cristales.

Aquel que a sus cabellos

ató el silencio.

Para sin lastimarme,

cavar una ribera de luz dulce en mi pecho

y hacerme el alma navegable.

Rafael Alberti.

 

El poeta pregunta por Stella.


Lirio divino, lirio de las Anunciaciones;

lirio, florido príncipe,

hermano perfumado de las estrellas castas,

joya de los abriles.

A ti las blancas dianas de los parques ducales;

los cuellos de los cisnes,

las místicas estrofas de cánticos celestes

y en el sagrado empíreo la mano de las vírgenes.


Lirio, boca de nieve donde sus dulces labios

la primavera imprime:

en tus venas no corre la sangre de las rosas pecadoras,

sino el ícor excelso de las flores insignes.


Lirio real y lírico

que naces con la albura de las hostias sublimes,

de las cándidas perlas

y del lino sin mácula de las sobrepellices:

¿Has visto acaso el vuelo del alma de mi Stella,

la hermana de Ligera, por quien mi canto a veces es tan triste?

Rubén Darío

 

 

Soneto XXXIV

Eres hija del mar y prima del orégano,

nadadora, tu cuerpo es de agua pura,

cocinera, tu sangre es tierra viva

y tus costumbres son floridas y terrestres.

Al agua van tus ojos y levantan las olas,

a la tierra tus manos y saltan las semillas,

en agua y tierra tienes propiedades profundas

que en ti se juntan como las leyes de la greda.

Náyade, corta tu cuerpo la turquesa

y luego resurrecto florece en la cocina

de tal modo que asumes cuanto existe

y al fin duermes rodeada por mis brazos que apartan

de la sombra sombría, para que tú descanses,

legumbres, algas, hierbas: la espuma de tus sueños.

Pablo Neruda



Conclusiones


 El verso libre es una expresión poética alejada de las reglas métrica y de la rima. Se escribe sin atender ningún principio y fácilmente puede caer en la prosa.


Las reglas del verso libre son de orden rítmico y semántico.


Su extensión es variable y presenta irregularidades como la ausencia de estrofas y agrupación de los versos a voluntad.


La musicalidad es importante al carecer de medida y de rima


El verso libre fue muy estimado en el surrealismo, creacionismo y vanguardia.


Se caracteriza por la reiteración de elementos sintácticos y el uso de figuras retóricas como la metáfora.


El verso libre es una nueva forma de escribir poesía. Requiere especial manera de entenderla.


La silva del siglo XVII fue el antecesor del verso libre.


En la actualidad su escritura es dominante en la escritura poética al ser proclive al espíritu de la época moderna y post- moderna. También porque el verso libre se basa en dos elementos importantísimo de la poesía moderna los cuales son: Imagen e idea.


Su valor es incuestionable por ser revolucionario pero sus formalidades deben frenarse en ocasiones para que no se constituya en tiranía literaria. Así se evita su decaimiento al perder su fuerza poética y su caída en la prosa.


Su elaboración no debe olvidar que la medida y la rima han estado presente en las obras de los grandes poetas que han escrito versos libres por lo tanto se debe volver los ojos a esas obras para estudiar la esencia poética que contienen y no rechazarlas abruptamente.


Es erróneo pensar que en la actual época solo se debe escribir poemas en versos libres. Eso sería un dogma falso. La verdadera libertad consiste en escribir las imágenes poéticas que considere el poeta sea la acertada para expresarse.


La musicalidad del verso es fundamental y sus cadencias pueden ser regidas por el sentido sintáctico. Debe ser propia del poeta y no pretender una música de época.


El verso libre se debe someter a la historia alternando estilos para no caer en repeticiones tediosas.


Lo ideal es el uso de diferentes procedimientos métricos teniendo en cuenta los múltiplos de sílabas agrupadas o de vocales que modifiquen el ritmo y por último los sentidos sintácticos y verbales que señalen las diferentes escuelas literarias.


Edwin Zúniga Reyes

04.01.2024

 
 
 

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