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Boletín Informativo Núm. 34 - Metáfora - Lic. María Isabel Flores

  • Foto del escritor: Lic. Maria Isabel Flores
    Lic. Maria Isabel Flores
  • 6 ene 2024
  • 16 Min. de lectura

Actualizado: 29 sept 2024




Metáfora

 

La metáfora consiste en dar a una cosa el nombre de otra, con la cual tenga semejanza o afinidad. Encierra una comparación tácita entre los objetos conceptuales que guardan analogía entre sí. La base conceptual es la comparación en la que se distinguen tres términos:

a)      El objeto real

b)       el vínculo comparativo.

c)      El objeto comparado que sugiere el símil.


Estos tres términos los podemos apreciar en Salomé de Oscar Wilde al escribir: “Tu boca es como una granada cortada en dos por un cuchillo de marfil”

En la literatura clásica la comparación se empleó preferentemente. Bastaba para unir los términos reales e imaginados. Con el tiempo esta figura fue desapareciendo y se llegó a un grado superior de comparación en el cual ya no se realiza comparación, sino que se identifican directamente. Según Jorge Luis Borges “la metáfora es la identificación voluntaria, lírica y momentánea de dos conceptos distintos con el fin de suscitar nuevos órdenes de relaciones y emociones en la mente del lector”. El filósofo Ortega y Gasset nos dice: “El pensamiento metafórico, activo donde quiera, rinde en la ciencia un oficio distinto y aún opuesto, al que espera de él la poesía. Esta aprovecha la identidad parcial de dos cosas, para afirmar falsamente su identidad total”. Para Ortega la metáfora es un instrumento mental imprescindible, una forma del pensamiento científico que ejerce un oficio suplente en la filosofía y en la ciencia y un papel constituyente en la poesía. La ciencia, en cambio usa al revés el instrumento metafórico. Parte de la identidad total entre dos elementos concretos, a sabiendas de que es falsa, para quedarse luego solo con la porción verídica que ella incluye.

La metáfora tiene un fondo misterioso y bello que a través de imágenes vívidas y simbólicas sintetiza emociones. En el poema “Balada del agua de mar” es rico en alegorías continuas en la que sobresale: “el mar diente de espuma”.

 

 

Poema «La balada del agua de mar»

Federico García Lorca

El mar

sonríe a lo lejos.

Dientes de espuma,

labios de cielo.

¿Qué vendes, oh joven turbia

con los senos al aire?

-Vendo, señor, el agua

de los mares.

¡Qué llevas, oh negro joven

mezclado con tu sangre?

-Llevo, señor, el agua

de los mares.

¿Esas lágrimas salobres

de dónde vienen, madre?

-Lloro, señor, el agua

de los mares.

Corazón y esta amargura

seria, ¿de dónde nace?

¡Amarga mucho el agua

de los mares!

El mar

sonríe a lo lejos.

Dientes de espuma

labios de cielo.

 

La primera dificultad que puede presentarse al usar la metáfora en la obra poética es la relación que debe realizar entre lo poético y la gramaticalidad en el sentido que se pueden generar demasiadas o pocas palabras o frases que conlleven restricciones para lograr la explicación aceptable de su sentido. Estos casos son numerosos en la poesía, pero han de ser aceptados por las reglas lógicas gramaticales nuevas o por construcciones que movilicen el verbo o el nombre, de tal manera que sea aceptado el movimiento. Solo así los nuevos elementos de las construcciones pueden darle sentido, estableciendo lazos semánticos que den riqueza literaria dentro de un lógico pensamiento. El análisis poético de la metáfora debe extenderse hasta la resolución de la idea comprensible de la frase u oración del poema. La poesía incorpora gran número de reglas especiales, aunque muchas no serán necesarias. Lo importante son aquellas que expliquen su origen semántico y lógico. Lo interesante de la metáfora en la poesía es que llene el sentido lógico que exige la lengua de manera directa o indirectamente. Esto facilita valorar poéticamente si la figura lingüística satisface al juicio derivado de la intuición. El estilo metafórico ha de tener intuición básica clarificado y debe dar respuesta a la ilusión planteada en su totalidad. Debe enriquecer la obra elevando la magia de la palabra; sin reñir la estructura gramatical, a la cual debe estar unida, aunque sea por el sentido. Enriquece la comprensión de las estructuras profundas del ideal presentado de manera abstracta.  En el fondo de la frase metafórica encontraremos una elección sintáctica que corresponderá a la verdadera significación planteada en varias posibilidades interpretativas y que el lector las entenderá según la experiencia de lenguaje poético que tenga. Las figuras metafóricas exigen la capacidad de captación intuitiva. Si ponemos una figura independiente debemos corresponder con una comprensión que englobe a esa independencia. Es el lector quien resume la comprensión y explicación del lenguaje figurado. El encontrará respuesta a la figura literaria que exista en las profundidades del pensamiento metaforizado, eminentemente psicológicas que remontan sus raíces a las teorías aristotélicas de catarsis que llega al entorno exterior realizando la descripción del fenómeno literario en la más hermosa y genialidad poética; considerando y respetando la manifestación dentro de la realidad concreta del ideal abstracto. Desde los albores literarios la metáfora ha sido un elemento importantísimo en la creación poética.

La metáfora según sus significados real y significantes, podemos clasificar de la siguiente manera:


Metáfora pura: Cuando el término imaginario reemplaza al término real. Lo imaginado cubriría, explicaría y embellecería la imagen poética.


“Saca el ángel que llevas en el alma”

 

Es evidente la omisión del término real y la plenitud del imaginario, haciendo referencia a los dos elementos que integran la figura.


Metáfora impura: Está presente el término real y el imaginado.

Los ojos de las estrellas son espejos siderales”.

Lo real y lo imaginado generalmente van modificados por alguna forma conjugada del verbo ser.

“Miradas lívidas recábense en sus ojos”.

Metáforas aposicionales: Los conceptos que componen estas metáforas se relacionan mediante una aposición. El sustantivo sigue inmediatamente a otro elemento de la misma clase para integrar la unidad sintáctica. Su uso facilita el entendimiento. Embellece la imagen poética aportando vivacidad y dinamismo y resalta el estilo. No existe un nexo real y directo entre sus elementos, pero es la metáfora más poética y abstracta.

“Las palabras traen entendimiento”.


Usar muchas metáforas en un texto hace que la obra se vuelva compleja y abstracta. Por eso, hay que saber equilibrar su uso. Hay textos que requieren su abundante escritura y otros que si se recargan pierden su calidad de esencia.

Metáfora negativa: Son aquellas que niegan el término real presentando el imaginario o viceversa. Establecen una relación para el lector.

” No es el cielo es la fe”.


Metáfora visual: Presenta varias ideas y el concepto es complejo. Son propias de la publicidad y de la literatura para niños.


La metáfora es un importante tropo con el que intencionalmente otorgamos a una cosa el nombre de otra que tenga semejanza o bien afinidad y que se advierta la analogía entre la idea y el término metafórico. La metáfora encierra en sí un grado superior a la comparación primitiva, en la cual sus elementos se relacionan directamente realizando una identificación. La metáfora tiene mayor categoría estética al estar relacionada directamente con la creación estética. Es muy importante su originalidad para distinguirse de la sinécdoque y de la metonimia. Su originalidad le otorgará el valor que merezca. Desde el criterio filosófico Ortega y Gasset sostiene que la metáfora es un instrumento mental imprescindible, una forma de pensamiento científico, ejerciendo a la vez un oficio suplente en la filosofía y en la ciencia y un papel constituyente en la poesía. Para él, pensamiento metafórico activo donde quiera, rinde a la ciencia un oficio distinto y aun opuesto, al que espera de él la poesía. Esta aprovecha la identidad parcial de dos cosas, para afirmar – falsamente- su identidad total. La ciencia, en cambio, usa al revés el instrumento metafórico. Parte de la identidad total entre dos elementos concretos, a sabiendas de que es falsa, para quedarse luego solo con la porción verídica que ella incluye.

Jorge Luis Borges refiriéndose al sentido poético nos dice: “La metáfora es la identificación voluntaria, lírica y momentánea de dos conceptos distintos, con el fin de suscitar nuevos órdenes de relaciones y emociones en la mente del lector”. La metáfora pertenece al lenguaje figurado que puede ser recto natural y figurado. Es recto cuando las palabras las usamos con sentido propio y en su origen primitivo. Es natural cuando tomamos las palabras con significación indirecta o traslaticia o sea diferente al sentido primitivo de la palabra.  El término crepúsculo en sentido primitivo natural nos da la significación de un atardecer. Si la usamos en un sentido figurado puede significar algo que está por extinguirse como cuando decimos: “El crepúsculo de los dioses”. El sentido figurado que encierra a la metáfora surgió ante la necesidad de expresión que exigía la comunicación al inicio de la lengua. Era muy limitado el lenguaje natural. Esto obligó a otorgarle a las palabras novedosas acepciones. Así se enriqueció con varios sentidos y sus términos guardasen relación entre sí. Se dio una traslación a los objetos sensibles, concretos, inmateriales y abstractos. Es importante en el lenguaje metafórico la esencia básica psicológica del lenguaje figurado que completa la asociación de las ideas. Un objeto puede llevarnos a la idea de otro que posea relaciones de interrelación, semejanza o comprensión. Deben unir un sentido figurado al estrictamente originario.

En el leguaje figurado la metáfora enriquece al idioma en su expresión poética. Cumple con la clasificación de grado superior ocupado en las figuras literarias de la expresión poética que con sus giros estéticos se graban en el espíritu.

El lenguaje figurado se manifiesta en los tropos, los cuales nos dan la idea del giro a un objeto de lo animado a lo inanimado o viceversa.


Se consideran cuatro fuentes de la metáfora:


1)      Lo animado por lo inanimado:

“Las huellas siguen las plantas de los hombres”.

2)      De lo inanimado a lo animado:

“Mi erguida sombra

alza la esperanza

de entrelazarnos”.

3)      De lo animado a lo animado:

“Los astros ven con los ojos eternales”.

4)      De lo inanimado a lo inanimado:

“La luz que se quiebra en el cristal del día

el verde mar tendido en el horizonte

el caballito de mar en las olas”.


Hay que tener en cuenta y valorar la palabra metafórica al realizar una traslación.  Considerarla sinónimo de la metáfora. Se observa en el empleo de un término sobre una idea sin especificarla, pero sugiriendo una comparación con propósito estético o para hacer factible su comprensión. Es frecuente que la metáfora en un sustantivo dará sentido sustancial al tropo, con el cual tiene semejanza.


“Nada puede igualarte…ni esas olas

que enrosca espumas sobre la arena.

Ni la luz de triunfante de aurora

proclamando tu grandiosa hermosura”.

El adjetivo puede expresar metáforas:

“Sus dedos mojados en ternuras

despertaron las molicies del alma”.

El verbo expresando acción metafórica:

“El mar se desploma en su sima”.


La metáfora causa percepciones a nuestro sentido. Jorge Luis Borges afirma: “Es posible clasificar esas impresiones atendiendo al órgano humano que afecte”.

Como precedente de traslación metafórica podemos señalar el soneto: “Correspondances” de Baudelaire y el soneto de las vocales de Rimbaud. Obras maestras del simbolismo y de las sistematizaciones líricas de la poesía, a la cual se dio significación de colores.


1)      Percepción visual:

“La lámpara tierna de lívidos crepúsculos”.

2)      Percepción Auditiva:

“La serenata venía

sonando guitarras en sombras”.

 

Muy interesantes son las metáforas que se logran por versiones auditivas y visuales desde los tiempos clásicos. Quevedo, refiriéndose a un jilguero:

“Dime cantor ramillete

Lira de plumas volante,

Silvo alado y elegante

Voz pintada, silvo alado”.

 

Las percepciones auditivas en plástica y la traslación de sensaciones oculares al campo auditivo tienen una singularidad eficaz en la poética contemporánea.

“Hoy canta los matices de las flores”.

Leopoldo Lugones.

Otro ejemplo apreciamos en los siguientes versos:

“En su gracia inclinada convalece una estrella

en sus líneas herméticas canta la geometría”.

3)      Táctiles:

“El mordisco sutil de tu peineta

…y bajo el raso de tu pie verdugo

puse mi esclavo corazón de alfombra”.

Julio Herrera y Reissig.

Las metáforas además de su clasificación auditivas, visuales y táctiles debemos considerarlas como simples, continuadas y alegóricas.

Simples si solamente constan de un término metafórico:

“el frío

Ópalo de tus uñas delicadas”.

Leopoldo Lugones.

Serán continuadas si presentan dos o más términos metafóricos relacionados:

 “Este siglo (XVII)en que rinde sus cosechas áureas la gran siembra espiritual del renacimiento”.

José Ortega y Gasset.


Estos ejemplos son muy frecuentes en la prosa: “Desde una colina despedí la tarde. Por el valle navegan las iglesias. Vienen desde una edad remota y van al porvenir. Son pequeñas unidades de la flota de dios, que bogan en paz, con tripulaciones tranquilas, con brújulas hacia el norte celeste y emproadas hacia las gradas del silencio”.

Cuando son abundantes los términos metafóricos y ocasionan la traslación total del sentido de la cláusula conformando una especie de cuadro, se le nombrará alegoría.


“Porque si bien se mira, la vida no es más que un inmenso tablero de ajedrez, cuyos cuadros blancos son los días, y los negros las noches, y en el cual el Destino juega con los hombres como con piezas: los mueve de aquí para allá y uno por uno van a parar al estuche de la nada”.

Omar Khayyam.

 

La metáfora es el máximo grado de la comparación realizada en la obra literaria y está integrada en la imagen, la cual representa al objeto real o imaginado. Por tal razón, se distingue la imagen literaria de la psicológica.

Imagen psicológica: la que percibe la representación de los objetos.

 Imagen literaria: Será la expresión de ideas abstractas por medio de formas sensibles y concretas.

Es muy frecuente confundir imagen con metáfora porque ambas pertenecen a la misma familia. Luis Alberto Sánchez dice al respecto: “La comparación descubre los dos términos el real y el ficticio, el que suministra el símil y el símil mismo. La metáfora relaciona directamente los términos del símil, creando un todo, un alto indivisible. La imagen va más allá, crea un nuevo ser. La metáfora sensibiliza lo abstracto. Otorga espíritu a lo material, vigoriza el pensamiento y embellece al estilo. La imagen puede contener varias metáforas y dificultar su distinción y comprensión, sin embargo, hace a la imagen más espiritual:


“Los dedos del sueño rozan los ojos de la tierra”.

Rabindranath Tagore.

“Mar, cielo rebelde caído del cielo”.

Juan ramón Jiménez.

“Sin luz de plata en sus copas

los árboles han crecido

y un horizonte de perros

ladra muy lejos del río”.

Federico García Lorca.


Grandes literatos como Goethe han definido a la poesía como: El arte de hacer imágenes”. Don Ramón de Campoamor afirmaba: “El arte es la ciencia de las ideas convertidas en imágenes”. Estas afirmaciones nos ayudan a comprender la importancia que tiene la imagen en la poesía y en la prosa. Su importancia trasciende a la literatura contemporánea. La sensibilidad y fantasía poética alcanza su máxima expresión estética. La intuición lírica crea imágenes sensibles entre el mundo real y el ideal. Metáfora e imagen son joyas retóricas que embellecen la sugestiva del estilo y en definitiva es el aliento mismo del arte. Es conveniente tener presente la relación entre metáfora y metonimia para dar a cada una de estas figuras su función en el lenguaje literario. La metonimia designa una cosa con el nombre de otra. A esta voz se le llama metonimia o trasnominación. Igual que la metáfora es un tropo que realiza el cambio atendiendo la relación de causa y efecto, sucesión y tiempo existente entre ellas. Se reconocen varias metonimias:


1)      Aquellas que toman la causa por el efecto y viceversa: Soporto el invierno, por: soporto el frío del invierno.

2)      Tomando al autor por sus obras, verbigracia: Me deleita Cervantes en vez de me deleitan las obras de Cervantes.

3)      Tomando el símbolo por la cosa simbolizada: el altar por la iglesia.

4)      Tomando el instrumento por el arte de un individuo: Rubén Darío fue el mejor poeta modernista.

5)      Cuando tomamos el lugar de origen por lo que de él se origina:

¡Tus labios escarlatas de púrpura maldita

sorbían el champaña del fino baccarat;

tus dedos deshojaban la blanca margarita:

“si…no…si…no…” ¡y sabías que te adoraba ya!

Rubén Darío.

6)      Lo genérico por lo específico, y viceversa: “No sabe ganar el pan por incapaz para el trabajo”.

7)      Lo abstracto por lo concreto: “La sabiduría es humilde”.

8)      La materia por la cosa de que está hecha: ·

“El acero por la espada”.

“Al que ha desafiado, ceñido el acero y el arma en la mano

Los soles del rojo verano,

Las nieves y viento del gélido invierno…”

 

9)      El continente por el contenido: “La plaza entera aplaudió al político”. Por el pueblo aplaudió al político.

10)   Las partes del cuerpo humano y órganos sensoriales por las facultades:


“El varón que tiene corazón de lis,

Alma de querube, lengua celestial,

El mínimo y dulce Francisco de Asís

Está con un rudo y torvo animal”.

  

Observemos como la metonimia nos conduce de lo físico a lo moral. Otra figura literaria muy cercana a la metáfora es la sinécdoque, la cual es básica para su comprensión. Este tropo consiste en nombrar un objeto con el nombre de otro para integrar un todo físico o metafísico. Su función es designar al todo con el nombre de una de sus partes o una parte con el nombre del todo. Esta figura aumenta o restringe el recto significado de la palabra y se basa en relaciones de coexistencia y comprensión existentes entre el todo y sus partes.

Los tropos pueden ser:

 

1)      La parte por el todo:” Quince primaveras” por quince años.

2)      El singular por el plural o viceversa: “La mujer es sublime” por las mujeres son sublimes. Puede tomar el plural por el singular “Lo hemos dicho” por lo he dicho.

3)      El número determinado por el indeterminado:

“Abriéronse mil ojos

En el cielo estrellado”.

4)      El individuo por la especie: “Es un mecenas” por un protector de artista.

“Un Rubén Darío” por un buen poeta. la especie por el individuo:

5)      “El orador lo dijo” por Castelar lo dijo.

 

Metáfora, metonimia y sinécdoque son las tres formas que nos valemos para expresar el lenguaje figurado. Estos se dividen en tropos artísticos y socializados. Los poéticos son giros estéticos para producir belleza y expresar la elegancia plástica de su pensamiento. Los socializados trascienden los lugares comunes y se originan espontáneamente en el pueblo al asociar las ideas. Llegan a convertirse en expresiones corrientes en el habla popular. Los tropos socializados están muy cercanos a la metáfora y son de frecuente uso.

Ejemplos de esto son las expresiones: al pie del cañón, cabeza de familia. Ejemplo de ellos serían: La noche de San Bartolomé, la luz de la ciencia, el trono del poder. Cerró con broche de oro.

En el habla del pueblo las locuciones más usuales son metáforas que a veces pasan inadvertidas porque han perdido sugestivita. Ejemplos: Abordar un tema, abrigar esperanza. “En las lenguas europeas actuales muchas palabras son metáforas”. Esta observación la realiza Remy Gourmont y Guillermo de Torres agrega: “al rodar de los días, en la alquimia del lenguaje literario, las palabras han ido superponiendo sobre su capa primitiva y su acepción genuina, distintos significados y nuevos matices. Estas figuras relacionadas con la metáfora son artísticas formas de expresión que unas veces pueden afectar las estructuras del verso y otras veces al pensamiento que encierran. Su fin es resaltar belleza o ingenio del lenguaje figurado”.

La metáfora nos causa percepciones en nuestros sentidos. Nos lleva a la representación visual del objeto real o imaginario. Nos centra en la imagen. Sustituye una palabra por otra. Metonimia: conecta una palabra con otra. Ambas impiden la existencia de un significado aislado. La metáfora incluye la acción de la metonimia si el significante está en relación con el resto de la cadena significante. Esta perspectiva metáfora – metonimia brinda la estructura formal. La metáfora realiza la función de metonimia cuando queda en relación con el resto de la cadena significante. La metáfora nos dará el significado del sentido y la metonimia aporta el goce del sentido. Ambas figuras son teóricamente leyes del lenguaje. La metáfora se encamina a la similitud en sus cambios de posición. La metonimia da continuidad de significantes articulados.

  

“Con diez cañones por banda

Viento en popa a toda vela

No corta el mar, sino vuela

El velero bergantín”.


Con diez cañones en vez de la palabra bergantín. Se toma la parte por el todo.

La metáfora aporta un efecto de sentido que se desliza a la significación y alcanzar lo imaginario. La metonimia nos lleva al goce dirigido al inconsciente formulando cadenas significantes que nivelan la sustancia del gozo. La metáfora nos lleva al límite de lo simbólico y lo real.

Es la metáfora el más importante tropo y es usado por los poetas desde la antigüedad. Platón nos habla con metáforas para revelar sus enseñanzas utilizando recursos retóricos para expresar simbología sagrada antigua. En el Mito de la caverna podemos apreciar muchas como fuego divino, huevo cósmico, espíritu humano.

Jorge Manrique se expresa metafóricamente en la baja Edad Media:

“Nuestras vidas son los ríos

que van a dar a la mar

que es el morir”.

Pedro Calderón de la Barca del siglo de Oro hace uso frecuente de metáforas cuyos elementos real e imaginario son el rayo y el trueno:

“Que quiero morir del rayo

Y de solo el trueno no”

El rayo es la verdad y el trueno la imaginación.

Francisco de Quevedo del Barroco español

 

A un hombre de gran nariz

“Érase un hombre a una nariz pegado,

Érase una nariz superlativa,

Érase una alquitara medio viva,

Érase un peje espada mal barbado;

Era un reloj de sol mal encarado.

Érase un elefante boca arriba,

Érase una nariz sayón y escriba,

Un Ovidio Nasón mal narigado.

Érase el espolón de una galera,

Érase una pirámide de Egito,

Los doce tribus de narices era;

Érase un naricísimo infinito,

Frisón archinariz, caratulera,

Sabañón garrafal morado y frito”.


Metáforas del romanticismo:

“Adoro la túnica rosa

En que va tu hermosura envuelta

Es el tibor de tu garganta

Es de tu cuerpo ánfora esbelta”.

Metáfora Parnasiana:

“Vivís en rebeldía, pero sin sueño, sin destino

más viejo, más decrépito que este mundo infecundo,

castrado desde la cuna por el siglo asesino” 

Charle- Marie Leconte de Lisle.

Metáfora en el simbolismo:

“Llamé a los verdugos para, mientras perecía morder las culatas

De sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme en la arena, en

La sangre. La desgracia fue mi Dios”.

Metáfora romántica española¨

Del barco pirata de José de Espronceda:

“La luna en el mar riela,

En la lona gime el viento

Y alza en blando movimiento

Olas de plata y azul”.

Metáforas en poetas románticos mexicanos:

“El cielo empieza

a ruborizarse.

¡Ya es de día!

Las estrellas se

Apagan en el

Cielo, y los ojos

Que yo amo se

Abren en la tierra”.

Metáforas de poetas modernistas:

“Seguramente Dios te ha conducido

Para regar el árbol de mi fe;

Hacia la fuente de noche y de olvido,

Francisca Sánchez, acompáñame…”

                                                                   Rubén Darío.

Metáfora de poeta de vanguardia:

¡Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé!

Golpes como del odio de Dios, como si ante ellos

La resaca de todo lo sufrido

Se empozará en el alma…Yo no sé.

Cesar Vallejo

La metáfora en el verso libre:

“Ella llevaba una camisa ardiente.

Ella tenía ojos adormecedores de mares.

Ella había escondido un sueño en un armario oscuro

Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza”.

Vicente Huidobro.

La metáfora en la poesía metafísica

 La canción del espacio

“La distancia que hay de aquí a

una estrella que nunca ha existido

¡porque Dios no ha alcanzado a

pelllizcar tan lejos la piel de la

noche! Y pensar que todavía creamos

que es más grande o más

útil la paz mundial que la paz

de un solo salvaje...

Este afán de relatividad de

nuestra vida contemporánea -es

lo que da al espacio una importancia

que sólo está en nosotros,

-y quién sabe hasta cuándo aprenderemos

a vivir como los astros-

libres en medio de lo que es sin fin

y sin que nadie nos alimente.

La tierra no conoce los caminos

por donde a diario anda -y

más bien esos caminos son la

conciencia de la tierra... -Pero si

no es así, permítaseme hacer una

pregunta: -¿Tiempo, dónde estamos

tú y yo, yo que vivo en ti y

tú que no existes”?

                                           Alfonso Cortés.

 

En la poesía metafísica la metáfora resalta el límite entre la realidad y lo imaginado proclamando la esencia de la idea en la síntesis de la palabra. La sublimidad obtenida de la relación de sus elementos concretiza la belleza de la palabra poética en el espíritu de los poetas que sobrevuela al orbe con las alas de la inspiración que le concede la divinidad. Metáfora es asomarse a la pupila de Dios.


María Isabel Flores Rubio.

Viena 6 de enero de 2024.

 

 
 
 

1 Kommentar


dvcajina
06. Jan. 2024

Excelente cátedra de literatura mi estimada María Isabel. Gracias por tu enseñanza a los neófitos como esta humilde admiradora. Felicitaciones!

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