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Encinas Azules - Antonia Cerrato Martín-Romo

  • Asoc. Francisca Sánchez
  • 20 oct 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 27 oct 2024

ENCINAS AZULES

A Francisco Pedraja


Azules, inexplicablemente azules

unas encinas, sin pretensiones

van acomodándose al paisaje.

Parece que estuvieran solas

como una estampa lunar, calma

y en larga, muy larga espera.

Mas al observarlas de cerca

distinguimos su sonrisa

como golondrina huida del cielo cobalto,

las teselas de su tronco, salmodias jugueteando entre el

viento, sus ramas, pañuelos abrazados

que cobijarán, ¡oh milagro!, un retoño florecido.

Y así, al murmullo de las estaciones

se va configurando, humildemente, la dehesa.

Y cuando el marino del océano presentido

bese sus raíces, brotará como canción

su sueño arbóreo, haciendo navegar

su música, de suroeste a corazón

y entonces veremos, oh sí, las veremos danzar

y creeremos, como ellas, que podemos ser felices.


© Antonia Cerrato Martín-Romo

Badajoz, 1 de octubre de 2024



Comentario sobre el poema "Encinas azules":


Cuando las descripciones literarias se acompañan de las reflexiones filosóficas y poéticas alcanzan el secreto sublime del espíritu que nos deleita en la ternura excelsa de la vida contemplativa. El poema Encinas azules de la poetisa Antonia Cerrato Martín-Romo utiliza un lenguaje de símbolos como: “Montañas azules” para profundizar en el milagro que ofrece el recogimiento. Expresa acertadas oraciones simples y compuestas para describir su riqueza poética. Con dominio verbal del tiempo presente provoca la sensación eminente presencial del lector en la primera parte del poema, realizando acertadamente al final, transición al futuro verbal, en donde podremos alcanzar la felicidad. Sus metáforas nos conducen por ensoñaciones oníricas cosmológicas “estampa lunar” o humanización metafórica de la encina que con su sonrisa nos provoca una reacción de percepción humana automática en nuestra sensibilidad cognitiva. Cuando su alegoría nos habla de las ramas como pañuelos abrazados otorga a la naturaleza una condición humana que alcanza lo incorpóreo. El poema es un misterio profundo cimentado en el azul simbólico de libertad y armonía sugiriéndonos el paso del tiempo en la naturaleza donde la golondrina huida del cielo de cobalto juguetea en el viento. Este verso sintetiza la libertad de su poema en verso libre buscando esperanza en lo invisible. Está escrito con delicadeza contemplativa y con un lenguaje dulce y alegórico. La ausencia de rima permite un ritmo libre capaz de avanzar por las sendas de los poetas privilegiados que van cubriendo la distancia entre el planeta y el infinito.

Felicidades poetisa por su poema sublime que nuestra revista “Rincón del arte” se

enorgullecerá al publicarlo.


María Isabel Flores.

Viena 8 de octubre de 2024.






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