Rincón del Arte XIX- "Kali y Soche" - Cuento - Final + Comentario sobre la obra de Wilber Guzmán.
- Asoc. Francisca Sánchez
- 12 feb 2023
- 7 Min. de lectura

Kali y Soche, el nacimiento de Xiwikalpan
Caracolito continuaré y trataré de contarte la historia triste de amor vivida por Kali y
Soche, hay te va. Fíjate, llegó el mensajero a Tumbé a dejarle la carta a la hija del
cacique Amerrique, Soche esperaba impaciente la carta, pues, cuando se despidió de
Kali, aquel día le pidió, en un arranque desesperado, que se olvidará de ella, porque ya
no lo amaba, pero Kali en el fondo sabía que era mentira, al no tener tiempo para
despedirse, le dijo que enviaría un mensaje hasta ella, el lugar sería allí mismo en
Tumbé. Soche llegó el día señalado y allí estaba el mensajero, tomó la carta y la leyó,
estando en la cima la joven cae sobre la roca donde estaba, con lágrimas que parecían
sangre, desesperada miraba en dirección a Karka, todo le parecía oscuro y gris, nada
era más importante para Soche, nada era más que Kali, pero el destino le jugaba una
mala pasada y de momento sabía que estaba en peligro de muerte su gran amor, y
gritó: —¡Te amo Kali!, este se escuchó como un retumbó sobre el vacío, desde la cima
de Tumbé.
La hija del cacique Amerrique sabía que hoy podía ser el fin de su amado, ella en
Tumbe desahogaba su dolor, sabía que al otro lado de Karka los hombres fuertes de la
tribu Mayales y de Amerrique iban trotando y se escuchaban pisadas como de
gigantes, Nankú el prometido, iba rabioso y alegre porque al fin mataría al hombre que
estaba cotejando a su amada prometida, era tan grande la furia que sentía en su
corazón Nankú por Kali que no le importaba nada solo quería matarlo y aquí te narró el
encuentro.
Kali y toda su familia los Karkas tribu de nativos fuertes, valerosas, valientes cazadores
y recolectores, pero sobre todo pescadores, estaban listos, sabían que esperaban la
avalancha que se les venía, el cacique Lovigüisca no quiso participar pues en ella iba
sus aliados los Mayales, Karka sabía que Amerrique no iba a perdonar que su hija
Soche se enamorara del hijo de su peor enemigo que era el, a lo largo se veía humo
salir de la muchedumbre que venía, pues esto traían antorchas encendidas en señal de
adoración al dios del fuego, ya que este según sus creencias les ayudaba durante las
batallas, se podían sentir los pasos del ejército que se acercaba cada vez más, el viento
como buen conductor de la voz, permitía se escucharan los gritos de guerra que
vociferaban los Amerrique y los Mayales. El gran Karka se acercó a su hijo Kali
diciendo: —hijo nada podemos hacer, sé valiente y fuerte pelearemos hasta lograr
vencer, esperemos escapar de esta, ellos son numerosos, nosotros pocos, pero aquí
estamos haremos todo lo imposible por salir airosos de esta guerra.
Se veían los guerreros, se miraban a una legua, el cacique Karka por su honor no
retrocedía, el cuál era muy importante para los hombres de esa época, pero él sabía
que a su hijo eminentemente iba a perder, lloraba en silencio no se lo dijo para no
desfallecer, también en su interior auguraba una exterminación completa, el cacique
sabía que Amerrique utilizó este desliz pasional, está ofrenda de amor, ahora marcado
por el dolor, para lograr lo que siempre había querido acabar con la tribu Karka y
quedarse con las tierras.
Estando cerca ambos bandos, se lazaron flechas con puntas envenenadas, caían y
mataban, los Karkas sufrían más, eran menos esto, daba ventajas al otro bando, poco a
poco los Amerrique y Mayales doblegaban al enemigo, en el cuerpo a cuerpo con las
hachas, y lanzas Nankú y el resto de los guerreros fueron más hábiles y certeros,
lograron acabar con toda la resistencia Karka, miró Nankú que Kali huía, corrió hacia su
presa, tomo su lanza y una flecha, aseguro y certero atravesó el hombro derecho, el
desafortunado cayó en tierra, Nankú corrió agarrando su hacha para terminar con la
vida del desdichado, cuando estuvo cerca le dio vuelta, levantando el hacha iba a
decapitarlo cuando le gritó Kali: cuida a Soche, espera un crio mío, estás palabras
paralizaron la acción y tirando el hacha le daba puñetazos en la cara, di que es mentira,
di que es mentira gritaba y golpeaba, hasta que Kali ensangrentado balbuceo Soche te
amo, Soche te fuiste, será tuya, maldito destino, maldita desgracia, y gritó tan fuerte
que estremeció toda la serranía ¡Adiós amor, cuida nuestro retoño, adiós! Detente
grito Amerrique detente, lo llevaremos para sacrificarlo en Tumbe, ya ustedes saben lo
que paso con el pobre Kali. Al ver Karka que a su hijo se lo llevaban casi muerto, perdió
las cabales, olvidando que estaba en guerra, corrió golpeando los que llevaban
arrastrado el cuerpo aún vivo de Kali, esto lo aprovecho Amerrique para asestarle una
lanza en la cabeza, los pocos vivos que quedaron de la sangrienta batalla, fueron
llevados esclavos.
Soche de lejos miro a su padre, al cacique mayales y observó que Nankú halaba un
cuerpo el cual venia sobre una tabla, pues lo querían vivo para el sacrificio. Gritó
desconsolada no, Kali, no, cuando al fin llegaron a Tumbe, el cacique Amerrique, dijo
fuerte, llévense a esta, llévensela, los guardias al momento obedecieron y se la
llevaron. Así empezó aquel sacrificio, tomaron el cuerpo todavía vivo de Kali, lo
amordazaron le sacaron el corazón, poco a poco iba muriendo, hasta que exhalo.
El cacique Amerrique, Mayales y Nankú regresaban airosos, felices de la victoria,
hicieron fiesta, sin lugar a duda, en esos días se casaron Soche con Nankú, este aun
sabiendo lo que Kali le había dicho, no quiso desprestigiar a su prometida y ahora
esposa, decidiendo criar al hijo del muerto príncipe de la desaparecida Karka.
Pasado algunos años de la tragedia vivida por Soche, está siempre recordaba a su
amado y a diario sube a Tumbé, pero este día era diferente era el aniversario de la
muerte de Kali, estando la bella Soche en la cima grita al cielo las siguientes palabras,
Kali a dónde estés, allí en el Inframundo de los muertos, te digo yo te amo, ¿Me
crees?, ¡Sé que lo dudas!, pero te amo, te perdí, no por miedo, fui obligada y engañada
a hacerlo, pensé no haría guerra mi padre si accedía a casarme, amor mío Kali yo daba
la vida por ti, conoces mis valores, me entregué a ti, eres lo mejor que me ha pasado,
amor eres hermoso, como los ríos que bañan nuestro reino Chontal, tu mirada serena,
pura y cristalina como los pozos llamados ojos de agua, que dan vida a nuestras tribus,
así eras tú, para mí, amado mío, hoy te recuerdo más que nunca, Nankú y mi padre te
arrancaron de mi, robaron tu vida, contigo se fue la mía, amor mío desde que te fuiste
no sonrió, soy un alma triste, recuerdo todos los momentos que vivimos clandestinos,
los disfraces que usabas para burlar los guerreros de mi padre, las vicisitudes,
penumbras que pasamos para ir a nuestros encuentros, vivimos juntos a escondidas, a
ti me entregué por amor, en el cielo el dios sol, atestiguaba nuestros promisorios
besos, él sabía nuestro fatal destino, la luna no podía ser testigo de esta pasión que
estremece aun mi alma, todos nuestros abrazos furtivos fueron de día, mis labios se
morían por morder los tuyos todos los días, no supe que hacer y al final, amado mío tú
has muerto y yo aquí pensando en lo que fue, y hoy aún estas aquí en mi corazón
conmigo.
Amor mío, sabes que nombre lleva nuestra hija, el que tú querías Xiwikalpansi, si mi
vida así se llama, mi padre y Nankú se han opuesto, estoy segura amor que
Xiwikalpansi llegará a ser una gran cacica de todos estos territorios, prometo aquí
donde fue derramada tu sangre que la protegeré contra aquellos que le quieran hacer
daño.
Juan el viejo aquí se detuvo y yo le dije: —continua con la historia. —Juan respondió—.
Hombre Caracolito, así sucedieron todas las cosas, en otro momento seguiré contando
todas las cosas que pasaron en esas serranías, hasta pronto mi querido amiguito.
Autor: Wilber Guzmán Campos.
COMENTARIO SOBRE LA OBRA DE WILBER GUZMÁN CAMPOS.
Escrito por: Maria Isabel Flores Rubio.
La narración de Wilber Guzmán Campos da viveza a las leyendas ocurridas en un tiempo y en un espacio en la que él crea personajes con técnicas narrativas y literarias. Su relato es imaginativo, aunque prevalece en la lectura la intención de dirigir nuestro juicio a la posibilidad de estar frente a una leyenda que realmente ocurrió en la América precolombina, por la riqueza del ambiente autóctono donde se desarrolla el relato y por los elementos genuinos que él describe y parecen van a saltar a la vida real del lector.
El mito y leyenda de Wilmer plasman el gran valor del escritor narrativo de la Amerindia literaria que pervive eternamente como fuente cosmogónica en la cultura universal.
El mito Romeo y Julieta subyace con un pesimismo y conflicto político que persiste como se ha demostrado en muchas épocas y que han llevado a cambios radicales en las relaciones románticas.
Wilmer nos presenta realidades físicas, sociales y psicológicas encaminadas a una crisis por no alcanzar lo deseado. Su amor romántico tiene consecuencias significativas. La narración se enmarca en la tradición histórica como ha sido desde la antigüedad por parte de Príamo y Tisbe o Hero y Leandro de Ovidio. Como lo plasmó Wagner en Tristán e Isolda y Fernando de Rojas en su obra los Amantes de Teruel. El tema romántico que recoge Wilmer goza de una dimensión universal de ruptura de barreras sociales. Representa rebeldía de seguimientos pasionales ante sociedades prohibitivas. La narración está escrita con una lírica excelente y trasciende su origen colocándose a la par de grandes obras literarias.
Sintácticamente su escritura es clara y lógicamente expuesta en la primera parte de la narración. En la última curiosamente realiza una escritura acorde con los parámetros del arte moderno que se desliga de muchas reglas gramaticales en busca de la realidad fonética que haga posible un acercamiento a la realidad sonora del ambiente donde se manifiestan los ecos del llano y el rumor de los ríos de su amado Chontales. Hace uso de un estilo contemporáneo de la rítmica musical que hoy ya no escribe su inspiración en los pentagramas, ni indica la tonalidad ya que su preocupación está centrada en una fonética. Por eso, Wilber intencionalmente quita acentos, puntos o comas o bien los pone porque lo que persigue es el sonido lo más fiel al ambiente. Diríase que realiza una especie de parnasianismo sonoro.
Sus personajes poseen rasgos psicológicos que dan la impresión de saltar del relato y estar conviviendo con nosotros. Espacio y tiempo están bajo el ensueño poético narrativo que nos introduce al mundo mágico de la buena lectura.
La Asociación Hispanoamericana Francisca Sánchez del Pozo se honra con la membresía de un escritor que vincula sus emociones con la magia de la palabra. Que aviva la realidad mítica del hombre primitivo que han narrado los sabios ancianos de las civilizaciones.
Felicidades por tus ideas. En el fondo tratan de resolver problemas sociales que sorprendentemente persisten en nuestra sociedad.
Licenciada María Isabel Flores Rubio.
Subdirectora de la Asociación Hispanoamericana Francisca Sánchez del Pozo.
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